miércoles, marzo 20, 2013

Entrevista en Coaching Hoy



Con motivo de la celebración del IV Congreso Latinoamericano de Coaching en Caracas, al alero de la Comunidad Venezolana para el Coaching Profesional (COVECOP), se lanzó la revista "Coaching Hoy" En su número 0 fui entrevistado por la educadora y parte del staff de la revista Sara Pérez Flores, este es el contenido de lo conversado y las fotos que aparecieron

 ¿Qué le motivó a orientar su práctica hacia el Coaching Político?

Te diría que como razón de fondo fue mi completa convicción de que somos seres políticos en la medida en que vivimos en sociedad. Así me he sentido desde mi primera adolescencia en una España que vivía una larguísima dictadura.
Yo entiendo la política como la búsqueda intencional de una forma de convivir que nos haga sentirnos ciudadanos más libres, con mayores posibilidades, con derechos y deberes que configuren una sociedad más vivible y más justa. La pregunta sería ¿Cómo no orientar la práctica del coaching a la Política? Y la posibilidad se me abrió cuando tomé la decisión de irme a vivir a Chile, en un momento en que estaba comenzando su democracia y tuve la oportunidad de trabajar como consultor en sus procesos de Modernización del Estado. Mi conocimiento de la gestión me acercó a aquellos que en el mundo público estaban interesados en mejorar el Gobierno de Chile y sus instituciones y de ahí a empezar a hacer coaching a personas del gobierno y la política hubo apenas un paso.



¿Para qué el coaching político?

Para acompañar a quienes toman la decisión de participar en esa alta tarea, que es como decir para contribuir a mejorar la política, para que la Política se pueda escribir con mayúscula en un mundo en que debido a la actuación de muchos políticos sin escrúpulos se encuentra desprestigiada en la mayor parte del mundo. Mi país de origen es el ejemplo más claro.
Ahora bien, llegado a este punto conviene distinguir que una cosa es coaching político y otra coaching a políticos. El coaching a políticos contiene también aspectos que se hacen cargo de la persona que el político es y en muchos casos, se centra fundamentalmente en ellos.
El coaching político habla de la naturaleza de los quiebres que orientan  la conversación y en este sentido no solo hay que pensar en grandes personalidades de la Política como posibles coachees, sino en todos aquellos que desde la sociedad civil pueden articular formas de influir las decisiones políticas y muy especialmente puede dirigirse a la juventud consciente de la necesidad de empezar a ser protagonista de su futuro y a los grupos mas desfavorecidos.

¿Cómo hace desde su práctica como coach para que los políticos establezcan distinciones entre el ser políticos y hacer política?


La segunda distinción es que si hacer Política significa mejorar la convivencia social, contribuir a crear una comunidad que en sus diferencias pueda tener un sueño común, el político tiene que escuchar sensiblemente a la ciudadanía, no puede quedarse en su torre de marfil.
Creo profundamente en la gestión y en la tecnología, pero creo que muy por encima de ellas están las aspiraciones y los valores. Las primeras están para servir a los segundos y no al contrario. En resumen el político está para servir a la mejor Política que un pueblo requiere y ese pueblo no es sólo el 51%. Es una realidad más compleja y legítima.


¿Qué cambios propicia el coaching político?

No sé si cambios, lo que propicia son las tres conexiones que están implícitas en mis respuestas anteriores: conexión con el Servicio, conexión con los propios valores y conexión con las aspiraciones de la ciudadanía.
Dejo en cuarto lugar una cuarta conexión, primero porque es un tema no mencionado antes (no podía haber nada implícito, pues) y es la conexión con el Programa Político que presentó o al que sirve el coachee político, que en el fondo representa la promesa que estableció.


Y segundo, porque por encima del cumplimiento de ese plan están las nuevas realidades y aspiraciones que surgen en una dinámica de cambios que va más rápida que cualquier promesa hecha meses o años antes. Es decir la flexibilidad puede ser más importante en ocasiones que la perseverancia en algo prometido que dejó de tener valor.
Por eso, más que cambios afuera, el coaching político actúa en el observador del político para que este permanezca o cambie en consonancia con estos puntos de referencia.



En América  ¿en qué medida se ha agregado valor a las distinciones de quienes se acercan al  coaching político?

Tu pregunta me plantea dos supuestos: que América sea un espacio de posible aporte distinto al resto del mundo y  que el político americano tenga características diferentes a los de otros continentes y sobre ello albergo algunas dudas.

Prefiero tomar tu pregunta desde al aporte de valor del coaching al político, en general, como una distinción del concepto de cambio que antes hemos abordado. Aunque sea de Perogrullo, te diría que el coaching político, como cualquier coaching, lo que propicia es acompañamiento. Deberíamos preguntarnos entonces qué puede producir ese acompañamiento que sea diferente del que puede hacer el equipo del político o un asesor experto. Y mis respuestas apuntan al concepto que Ronald Heifetz describe muy bien cuando se refiere a la figura del “confidente” como una de las necesidades de quienes tienen poder y establece que no debe ser un aliado, porque los aliados lo son en base a intereses compartidos y los intereses cambian. De forma que podrían dejar en situación vulnerable al político si su confidente aliado se orientara a un interés distinto.

Me parece que un valor que garantiza más las conexiones de las que antes hablamos es la total independencia del coach, el que pertenezca a un mundo ajeno, incluso que como ciudadano tenga una perspectiva diferente a la que tiene su coachee. Ello garantiza más claramente que sus preguntas puedan contribuir a que aparezcan perspectivas externas que no hagan al político prisionero de un grupo monolítico de influencia, a que tenga conversaciones diferentes, a que pueda hablar de sus miedos y sus confusiones, sin temor a ser juzgado.

Y si regreso al político americano por no desairar tu pregunta, sólo me atrevería a decir que al menos en Latinoamérica ha existido una tradición de patriarcas, salvadores, patrones iluminados y que el coaching puede servir a desafiar el paternalismo como una forma de hacer Política. No me atrevería a decir nada más.

En Europa ¿en qué sentido ha agregado valor en quienes se acercan al coaching político?

En el mismo sentido que ya he expuesto y añadiría que en poner sobre la mesa hasta qué punto cierta manera de entender el Estado de Bienestar, hace a los ciudadanos acomodaticios y dependientes, más sujetos de derechos, que de deberes, hasta qué punto los convierte en clientes más qué en ciudadanos. En este sentido, como ya lo he dicho en otros foros el Movimiento de los Indignados es una esperanza.


El Congreso de Coaching a celebrarse en Venezuela será sobre inclusión… ¿Cuál es su apreciación en relación a este tema?

En la conferencia a la que fui invitado por la Comunidad Venezolana para el Coaching Profesional-COVECOP en el momento del lanzamiento del Congreso, ya avancé mi posición al respecto, creo que desde el Programa Ontológico el tema es de la mayor relevancia. Cuando pensamos que no podemos decir cómo es la realidad, sino sólo cómo la observamos, cuando ponemos entre paréntesis la verdad metafísica, como dice Rafael Echeverría, desaparece la posibilidad de que un coach con bases ontológicas, como es mi caso, pueda sostener la exclusión, por lo tanto hablar de la inclusión supone un requerimiento básico en la apertura a mirar las posibilidades de cualquier opción de coaching.

Si además, me centro en el Coaching Político, la exclusión se relaciona con la desigualdad y ese es el principal tema al que se enfrenta la política hoy en día, incluso en Chile donde resido y que es un caso de éxito de desarrollo económico, es la desigualdad lo que constituye el gran desafío político, los sectores que no están incluidos en las ventajas de ese desarrollo. 

Si miro vuestro país es patente que esta Venezuela dividida es un caso de doble exclusión que requiere de conversaciones que encuentren las condiciones para un encuentro, para que prevalezca la inclusión en un Proyecto de País que permita la diferencia a la vez que responda de forma efectiva a la desigualdad.





Le percibo muy poeta… es un supuesto que manejo sobre la base de algunos de sus escritos… ¿es así?


Que me percibas poeta es para mí un halago. Quizás para algunos podría suponer estar en un mundo irreal. Me gusta la poesía, soy lector de poesía y en mi juventud escribí poesía. Aún hoy no puedo, ni quiero, evitar el uso del lenguaje poético.
Creo, como decía el poeta español Blas de Otero, que la poesía es un arma cargada de futuro y desde una concepción estrictamente lingüística, la prosa es más descriptiva, la poesía mueve y en la raíz del coaching está la intención de ese movimiento, desplazar a otro desde un modelo mental a otro, desde una creencia a otra, desde una acción a otra ¿No es eso realmente poético? Contiene el nacimiento y su ternura, el amor construido y la tristeza de la muerte. Contiene la erótica y la alegría del logro y el avance. Poesía, en suma.


¿Un poeta prestado a la política al través de coaching?

Te dejo con la pregunta. Ja ja ja. Pero gracias por hacérmela.