jueves, abril 24, 2014

Ya no sé si soy consultor

Hubo un tiempo en que ser consultor me parecía claro, en que ser coach era una distinción, en que querer cambiar el mundo en que vivía era un propósito. Hoy todo lo que hago me remite al transitar por una experiencia humana. No sé si me voy haciendo protagórico (que supongo que es como se llamarían los seguidores de Protágoras de Abdara), no sé si terenciano; sólo concibo que vivir es una forma de ser parte de algo más profundo que tiene que ver con una estirpe humana que se inicia en la memoria perdida de un anhelo creador, de un infinito, de un sueño interminable.

El sentido es servir, estar presente en el devenir de los mundos, los seres y sus conexiones. Vengo de una entrevista que vuelve a poner a la Educación en mi camino y leo el blog de alguien que no conozco: Juan Sobejano, pero que dice cosas que comparto y decido replicar por una red que va uniendo ideas, mensajes, destinos, tal vez, posibilidades de que dejemos la correspondiente huella en la construcción de un camino, el de la recuperación de lo humano en el centro. Eso preconfigura una forma de intervenir y de estar.

AQUÍ DEJO EL LINK