domingo, noviembre 03, 2013

La vulnerabilidad como espacio del coaching

He llegado a la conclusión que buena parte del coaching que realizo en el mundo directivo (público o privado) tiene que ver con la vulnerabilidad. Cuando escribo trabajar con la vulnerabilidad puede parecer que me refiero a un trabajo social y de alguna forma lo es, pero no como se entiende en el habla común. Quiero dejarlo claro desde el comienzo.

Cuando afirmo que la vulnerabiliidad está en el centro del coaching de fortalecimiento y desarrollo, me refiero a que detrás de muchas conductas revestidas de autoritarismo, de supremacía del control sobre el sentido, de resistencia al aprendizaje y al cambio, lo que hay es un profundo miedo a aceptar nuestra vulnerabilidad, porque nos cuesta aceptar que ser imperfecto es el estado de lo humano. Y asociamos esa "insuficiencia" a ser vulnerables. En consecuencia ocultamos la vulnerabilidad mintiendo, desviando la atención o eliminando ámbitos de nuestra vida en los que juzgamos serlo.

El coaching se dirige entonces a trabajar la aceptación, a desvincular la creencia que sólo merecemos ser queridos y respetados si somos perfectos, en el sentido que cada observador le da a ser perfectos,a quitar el temor a aprender algo nuevo que nos hará por un tiempo dubitativos y menos seguros. Sobre este proceso del aprender estoy escribiendo un artículo que me ha solicitado Newfield Network, por lo que no lo tocaré en esta nota.

Y estando en estos pensamientos hace unos días Irene Torres me envió este interesantisimo vídeo en el que Brené Brown, una investigadora de la conducta humana expone en TED unas valiosas conclusiones.



Me interesa profundamente esa mirada según la cual, cuando me cierro a lo que no quiero que me dañe, también me cierro a lo que me puede hacer sentir profundamente bien, cuando reduzco mi mundo de afectos y de capacidades de expresión porque me pueden vulnerar, tambien limito mi capacidad de hacer sentir a otros mi compromiso, mis emociones, quién soy en definitiva. Eso puedo explicar la crisis de liderazgo que hoy se percibe en las organizaciones y la sociedad en la que vivimos. La tarea es mostrar esto a quienes acompañamos en el proceso de coaching.

Otro amigo, Marcelo Krynski subió a su muro de Facebook este vídeo con una escena de la película de Luc Besson "Angel A" que sumo a lo argumentado.





El coaching directivo relaciona el crecimiento de la persona que el directivo es con sus luces y sus sombras con aquellas prácticas que, a partir, de la aceptación del  rol de dirigir personas, pueden consolidar un estilo que produzca una armonia mayor entre el propósito de la organización y el bienesar de las personas que interactúan en ella. En este punto se cruza la Gestión de Sí mismo y la Gestion del Desempeño.