domingo, abril 19, 2009

Para ser contratado como directivo


Uno de los cambios que he observado en mi trabajo de coach en el último semestre es la preocupación por el empleo y la carrera de quienes me piden coaching. ¿Cómo ser una oferta de interés para el mercado? ¿Qué debo reforzar en mi perfil? Aparecen preocupaciones como éstas y las conversaciones toman estos derroteros. Como consecuencia de la última que tuve esta semana con MM me decidí a escribir esta nota.

Rastreo 5 aspectos importantes, 4 de ellos están recogidos por Larry Bossidy en su artículo "El trabajo que ningún CEO debe delegar" aparecido en la Harvard Business Review en español de Noviembre del 2005. Hago, sin embargo, algunos matices que no me parecen menores.


  1. La capacidad de ejecutar y tomar decisiones. Un directivo no es un asesor, a su capacidad de escuchar y hacer análisis debe sumar la de tomar decisiones y asegurar que las cosas se hagan.
  2. No estar buscando el peldaño final de la carrera. No tiene que ver con la edad, aunque obviamente esta condición es mas evidente en los ejecutivos mas jóvenes. Me refiero a esa energía de quienes se sienten que aún les queda mucho por recorrer en su carrera y no se acercan a un trabajo como si fuese la Estación Termini. Tiene valor contratar a personas que se sienten dispuestos a seguir aprendiendo y no sólo a capitalizar lo aprendido.
  3. Orientación al Trabajo en Equipo, cada vez son menos las tareas que no requieren de otros. La capacidad de trabajar con otros, de abrirse a las redes, de constituir alianzas es un aspecto fundamental en este mundo abierto.
  4. La formación amplia y las experiencias múltiples que permitan adaptarse a esos escenarios interconectados y a la posibilidad de adaptarse a nuevos roles, mercados y conocimientos. Considero que estamos de nuevo en una edad de oro del generalismo, aun cuando sea como una capacidad de hablar lenguajes distintos (además de idiomas)
  5. La capacidad de manejar la incertidumbre y ser efectivo en escenarios donde no hay la claridad que nuestra mente racionalista podría desear. El manejo del caos y la acción desestructurada como un dato de la causa sobre la que hemos de actuar.

domingo, abril 12, 2009

Comunidades, individualidades


En "El arte de dirigir" de este mes (el número 62) he escrito sobre la función del líder de crear comunidades de sentido. No es la primera vez que escribo algo y mi pensamiento, a continuación, pretende rebatirme. Estoy acostumbrado a estar a favor y en contra de la misma idea. En el fondo pienso que todos nos encontramos muchas veces en esa tesitura, aunque no lo digamos.

En el coaching aparece permanentemente "quiero algo y también no lo quiero". El trabajo es encontrar el punto de vista en el que queremos estar. Cuando encuentro el punto de vista concreto, la elección se aclara. Quiero algo, pero también me da miedo. El temor tiene que ver con las formas en que expresamos en la práctica lo que queremos. Es tan lógico temer la forma de implementar el capitalismo, como la forma de implementar el marxismo. Las ideas y sus implementaciones no suelen coincidir. En la mitad del camino aparece el egoísmo y cambia el punto de vista.

Mi debate empezó al recordar la frase de Martín Heidegger "El ser sólo se expresa en el silencio" e imaginarme al ser sin intención de usar el lenguaje, para no manipular, para no mentir, el ser siendo. El proceso de ser individuo surge como una forma configurada y propia de separarse del mundo. Entonces...

¿Se opone el concepto de individuo al de comunidad? Hay experiencias alienadoras que podrían llevarnos a responder que sí. No caeré en esa tentación. Hay experiencias que indican lo contrario, que somos humanos al ser sociales.


Ser individuo no es sinónimo de ser aislado. Una expresión libre del individuo es ser con otros, con los que elijo, con aquellos que comparten un sentido conmigo sin que impidan que exprese mi propio proyecto individual.

Esto me faltó en el artículo. El arte de dirigir una organización tiene que ver así con generar una comunidad que logrando la Misión organizacional logre también que avancen las misiones personales de sus miembros. Si pedimos sacrificio no debe ser para que algo ajeno se logre, sino para que mis propios planes sean posibles.


Hacer compatible, converger, lograr que la energía discurra en una dirección pero dentro de una banda ancha. No buscar una sola estrella, buscar un firmamento. Eso requiere generosidad y apertura.

Si le es parece demasiado poético volvamos a Heidegger cuando en "Ser y Tiempo" plantea que la última naturaleza del lenguaje es poética, es decir generadora de mundos y sus imágenes. Con esto me siento mejor con mi propio artículo.