Uno de los cambios que he observado en mi trabajo de coach en el último semestre es la preocupación por el empleo y la carrera de quienes me piden coaching. ¿Cómo ser una oferta de interés para el mercado? ¿Qué debo reforzar en mi perfil? Aparecen preocupaciones como éstas y las conversaciones toman estos derroteros. Como consecuencia de la última que tuve esta semana con MM me decidí a escribir esta nota.
Rastreo 5 aspectos importantes, 4 de ellos están recogidos por Larry Bossidy en su artículo "El trabajo que ningún CEO debe delegar" aparecido en la Harvard Business Review en español de Noviembre del 2005. Hago, sin embargo, algunos matices que no me parecen menores.
- La capacidad de ejecutar y tomar decisiones. Un directivo no es un asesor, a su capacidad de escuchar y hacer análisis debe sumar la de tomar decisiones y asegurar que las cosas se hagan.
- No estar buscando el peldaño final de la carrera. No tiene que ver con la edad, aunque obviamente esta condición es mas evidente en los ejecutivos mas jóvenes. Me refiero a esa energía de quienes se sienten que aún les queda mucho por recorrer en su carrera y no se acercan a un trabajo como si fuese la Estación Termini. Tiene valor contratar a personas que se sienten dispuestos a seguir aprendiendo y no sólo a capitalizar lo aprendido.
- Orientación al Trabajo en Equipo, cada vez son menos las tareas que no requieren de otros. La capacidad de trabajar con otros, de abrirse a las redes, de constituir alianzas es un aspecto fundamental en este mundo abierto.
- La formación amplia y las experiencias múltiples que permitan adaptarse a esos escenarios interconectados y a la posibilidad de adaptarse a nuevos roles, mercados y conocimientos. Considero que estamos de nuevo en una edad de oro del generalismo, aun cuando sea como una capacidad de hablar lenguajes distintos (además de idiomas)
- La capacidad de manejar la incertidumbre y ser efectivo en escenarios donde no hay la claridad que nuestra mente racionalista podría desear. El manejo del caos y la acción desestructurada como un dato de la causa sobre la que hemos de actuar.