sábado, diciembre 14, 2013

Sobre la grandeza.

Estoy conmovido por la muerte de Mandela. Como ya lo he dicho en otros ámbitos, uno de los heroes de mi vida. Su presencia y su historia, no sólo estuvieron relacionados con la Política, curiosamente en él, como me pasó en mi adolescencia con Martin Luther King, también estaba presente la Poesía. Ellos son los dos únicos casos en que esta conexión ha estado viva en mi.

Fue viendo la película "Invictus" que conocí el poema que le daba título. Indagué y supe que era del
poeta inglés del siglo XIX William Ernest Henley. El poema pertenece a su libro "In hospital", escrito el año de su muerte en 1.903.

Henley fue muy amigo de Robert Louis Stevenson, uno de los escritores ingleses que mas me interesan. De hecho el personaje del pirata cojo Long John Silver de "La isla del tesoro" está inspirado en el propio Henley, cojo desde la niñez cuando tuvieron que amputarle una pierna.


                      INVICTUS
Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be,
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance,
I have winced but not cried aloud.
Under the bludgeonings of chance,
My head is bloodied but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears,
Looms but the horror of the shade.
And yet the menace of the years,
Finds, and shall find me, unafraid
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate,
I am the captain of my soul.
                 Traducción

Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen,
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años,
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.




Desde hace tres años utilizo este poema en mis Talleres para coaches que quieren desenvolverse en el mundo de las organizaciones y la política. Lo leemos juntos cuando hablo de nuestro rol de ser nexos con la grandeza que cada ser humano lleva en su interior. ¿Cómo obtener su mejor verso? ¿Cómo convocar la decisión de ser autores de su historia?




En mis 20 años de coach, a veces la poesía me ha ayudado a lograrlo.

jueves, diciembre 05, 2013

Miro dentro, después fuera


  

  La suerte de tener  buenos coachees es que te proveen de materiales, traen nuevas inquietudes, te hacen preguntas más profundas, incluso te envían por mail lo que descubren. Una de esas perlas cultivadas son estas estrofas de Confucio que me envía "P" para la reflexión.

¿Dónde busco? - Me pregunta
Sólo puedes buscar en ti y en lo que observas - Le respondo

No fue este exactamente el diálogo, pero si fue su sentido. Al cabo de unos días recibí el mail. 


    



     "Cuando un sabio y santo soberano de la antigüedad quería poner orden en su imperio,
     Comenzaba por poner orden en su casa. 
     Para poner orden en su casa ponía orden en sus pensamientos. 
     Para poner orden en sus pensamientos ordenaba su corazón,
     y para ordenar su corazón, investigaba las causas ocultas de sus propios actos.
     
     Una vez que conocía las verdaderas causas de sus actos,
     estaba en condiciones de ordenar sus pensamientos,
     Una vez que había ordenado sus pensamientos
     estaba en condiciones de ordenar su casa,
     y una vez que estaba en condiciones de Ser un buen gobernante en su casa
     recién estaba en condiciones de poner orden en su imperio…”

domingo, noviembre 03, 2013

La vulnerabilidad como espacio del coaching

He llegado a la conclusión que buena parte del coaching que realizo en el mundo directivo (público o privado) tiene que ver con la vulnerabilidad. Cuando escribo trabajar con la vulnerabilidad puede parecer que me refiero a un trabajo social y de alguna forma lo es, pero no como se entiende en el habla común. Quiero dejarlo claro desde el comienzo.

Cuando afirmo que la vulnerabiliidad está en el centro del coaching de fortalecimiento y desarrollo, me refiero a que detrás de muchas conductas revestidas de autoritarismo, de supremacía del control sobre el sentido, de resistencia al aprendizaje y al cambio, lo que hay es un profundo miedo a aceptar nuestra vulnerabilidad, porque nos cuesta aceptar que ser imperfecto es el estado de lo humano. Y asociamos esa "insuficiencia" a ser vulnerables. En consecuencia ocultamos la vulnerabilidad mintiendo, desviando la atención o eliminando ámbitos de nuestra vida en los que juzgamos serlo.

El coaching se dirige entonces a trabajar la aceptación, a desvincular la creencia que sólo merecemos ser queridos y respetados si somos perfectos, en el sentido que cada observador le da a ser perfectos,a quitar el temor a aprender algo nuevo que nos hará por un tiempo dubitativos y menos seguros. Sobre este proceso del aprender estoy escribiendo un artículo que me ha solicitado Newfield Network, por lo que no lo tocaré en esta nota.

Y estando en estos pensamientos hace unos días Irene Torres me envió este interesantisimo vídeo en el que Brené Brown, una investigadora de la conducta humana expone en TED unas valiosas conclusiones.



Me interesa profundamente esa mirada según la cual, cuando me cierro a lo que no quiero que me dañe, también me cierro a lo que me puede hacer sentir profundamente bien, cuando reduzco mi mundo de afectos y de capacidades de expresión porque me pueden vulnerar, tambien limito mi capacidad de hacer sentir a otros mi compromiso, mis emociones, quién soy en definitiva. Eso puedo explicar la crisis de liderazgo que hoy se percibe en las organizaciones y la sociedad en la que vivimos. La tarea es mostrar esto a quienes acompañamos en el proceso de coaching.

Otro amigo, Marcelo Krynski subió a su muro de Facebook este vídeo con una escena de la película de Luc Besson "Angel A" que sumo a lo argumentado.





El coaching directivo relaciona el crecimiento de la persona que el directivo es con sus luces y sus sombras con aquellas prácticas que, a partir, de la aceptación del  rol de dirigir personas, pueden consolidar un estilo que produzca una armonia mayor entre el propósito de la organización y el bienesar de las personas que interactúan en ella. En este punto se cruza la Gestión de Sí mismo y la Gestion del Desempeño.

viernes, octubre 25, 2013

A manera de un cuento sufí


A veces el desafío de contarle a Laura, mi nieta, las cosas más difíciles de la vida y hacerlo en forma de cuento, resulta ser la mejor manera de contarla también a los adultos. Anoche le escribí esto en el blog que creé para ella.

Leer  AQUÍ

http://cuentosparalaura.blogspot.com/2013/10/a-la-manera-de-un-cuento-sufi.html

lunes, octubre 14, 2013

Me pregunta Maru López Brun



Conversamos por mail sobre el Programa que realizaremos en la Ciudad de México el próximo mes sobre Habilidades Directivas para Funcionarios del Gobierno. Maru me pregunta y yo le respondo. 

Pregunta-Petición de Maru:

“No sé qué te parezca, pero quizá me puedas escribir un mensaje para quienes están interesad@s sobre las ventajas de este taller para quien se considera líder de un proyecto, o grupo y vive el stress y los riesgos que esto significan. Media cuartilla o lo que quieras. Te haría la pregunta así: ¿Qué emoción te genera dar un taller sobre política, para quienes la ejercen todos los días? ¿Qué les dirías para que terminen de convencerse de que vale la pena asistir?” 

Respuesta de Juan

Ayer en el diario español “El País” el escritor Manuel Vicent escribía una columna titulada “Tesoro” que empieza así “Está amaneciendo. Es la hora de los pájaros. A los colegios e institutos llegan en bandadas niños y chavales cargados con sus mochilas. Ellos no lo saben, pero todos se dirigen a la isla del tesoro. Puede que ignoren dónde está ese mar y en qué consiste la travesía y qué clase de cofre repleto de monedas de oro les espera realmente”. Y desarrolla después una bellísima metáfora sobre ese tesoro que es el aprendizaje. 

El taller de habilidades no trata tanto de enseñar conocimientos que l@s líderes formales tienen, sino de poner en contacto con el tesoro de sus capacidades. Hoy vivimos en un tiempo tan cambiante, tan nuevo, tan terra incognita, que lo mejor que puede pasarnos a quienes debemos liderar es ponernos de vez en cuando en contacto con el estado de humildad de aprender y desafiarnos. 

Hoy ya no se aprende como hace unos años, liderar es una tarea distinta porque los seguidores han cambiado y el fenómeno del liderazgo está profundamente imbricado al fenómeno del seguimiento. Hoy la comunicación se ha hecho mucho más sofisticada y los mensajes compiten con múltiples estímulos. Quiero decir que vivimos en un mundo en el que el principal tesoro son las habilidades adaptativas y no el conocimiento experto que permanentemente se vuelve obsoleto. De eso vamos a hablar en el Programa.

Finalmente, si en algo creo, es en la naturaleza transformadora de las conversaciones políticas, como también sé que cuando la política no surge del amor puede generar la más terrible de las frustraciones, por eso, Maru, hablar de todo esto con los políticos, hablar de política con quien la ejerce me parece fascinante, como debe ser hablar de Dios en el Templo para los creyentes, allí es donde puede cobrar más significado, donde al día siguiente pueden verse los mejores resultados. Se trata de hacer más poderoso el tesoro que llevan en sus carteras de niñ@ mayores que van al Colegio de la vida.

miércoles, octubre 09, 2013

Entrevista para la Newsletter de Newfield

"La política con ética es una política para la convivencia"




Por Fernando Véliz Montero, Coach Ontológico

Cuando entré al blog de Juan Vera, apareció este párrafo dando inicio a la lectura: “Hace tiempo decidí que mi forma de transformar el mundo en el que vivo sería a través de influir para que las organizaciones sean más humanas y sus directivos con más sensibilidad y más consistentes con sus valores. Desde mi adolescencia ya sabía que una Misión que me había elegido a mí era la de hacer que el arte y la vida se encontraran en mi camino y preferentemente a través de la palabra” (Juan Vera).


Posterior a esta primera mirada, podremos comprender la perspectiva de este coach ontológico certificado en el primer ACP (El Arte del Coaching Ontológico) en castellano realizado en 1993. Este ACP que partió en Segovia (España) y terminó en Santiago (Chile), resultó una experiencia formativa que marcaría el sendero profesional de Juan para toda su vida. Esto de no poder intervenir en un mundo que no sabíamos observar resultó un espacio de aprendizaje mayor para este español que en 1994 llegó a Chile para quedarse. Juan nos cuenta que siempre le ha interesado la política, como de igual forma, comprende que la libertad es él recurso fundacional en todo proceso democrático. También en esta conversación Juan hace un énfasis en dejar claro que una cosa es el coaching político, y otra es el coaching a políticos. En el primer caso el calificativo advierte del contenido de los quiebres y las conversaciones que se mantienen, en el segundo caso hablamos de coaching a personas que se da la circunstancia que están en un rol político. “Yo por ejemplo he realizado mucho coaching a políticos que estuvieron en el ejercicio del poder, pero mi idea del coaching político va más allá de que el coachee sea alguien connotado por su vinculación al poder. El coaching político es también sinónimo de trabajar con las organizaciones de vecinos, con las fundaciones, con la sociedad civil, con los líderes jóvenes o con los ciudadanos que desean participar del hecho político desde la convivencia”, concluye nuestro entrevistado.

Juan, actualmente, ¿en qué países estás trabajando?


Mi mayor experiencia como coach político ha estado en Chile. Acá fui coach de 7 ministros, 10 subsecretarios y 4 alcaldes en los gobiernos de la Concertación. También realizo una especialización en coaching político, curso que está pensado para coaches ya certificados. Este seminario lo he realizado en diversos países. En España ya se han llevado a cabo cuatro promociones, en México otras cuatro, en Venezuela una promoción, este año se sumó Argentina y hace pocos meses me atreví a hacerlo en Chile. En algunos de estos países he sido también coach de personas vinculadas con la acción política, directamente o como supervisor de otros coaches.

Hoy existe un nihilismo con la iglesia, el mercado y la política. ¿Cómo acompañar desde el coaching estas crisis de confianza?
Es verdad lo que me planteas, estamos en un momento complejo. Actualmente hay una bajísima consideración sobre el actuar de los políticos. Yo empezaría por hacer una distinción entre la política y el actuar de los políticos, porque si no estaríamos entrando a juzgar la naturaleza de una actividad concebida para fortalecer la convivencia entre los seres humanos, lo que es un buen propósito. Ahora, también podemos afirmar que hay políticos que con su actuar  impactan negativamente en la percepción final de la sociedad, eso es innegable.

Un día un amigo me regaló una frase de San Francisco de Sales. Esta frase surgió en un contexto bastante complejo de la iglesia de la época. La iglesia en aquel tiempo había perdido el rumbo, tanto sacerdotes como prelados habían abusado por mucho tiempo desde su rango espiritual. El punto es que un feligrés muy desencantado comentó un día que “había perdido la fe por estas conductas abusivas” a lo que San Francisco le respondió: “Cuando un ministro de iglesia hace lo que usted me está diciendo, realiza un asesinato espiritual. Pero cuando usted, como consecuencia de lo que religiosos hacen (corrupción, abuso, etc.) toma la decisión de abdicar de sus creencias y de su fe, ahí usted está generando un suicidio espiritual”. Esta historia me generó un clic absoluto al compararla con lo que hacemos en el dominio de la política.

Porque imaginemos que Ok., ¡se acabó la política! Abolimos la política, entonces ¿Qué haríamos? Frente a una realidad como esta sólo nos quedaría  sentarnos a regular nuestra convivencia, a definir el modelo de sociedad que queremos, es decir, empezaríamos a generar otras conversaciones, pero claramente serían conversaciones de naturaleza política. Lo que sí creo es que pondríamos mayor énfasis en los valores éticos. Participo de la opinión que la actual crisis que está viviendo el mundo, no es de naturaleza política o económica, sino ética.

¿Cómo nos atrevemos a echarle la culpa a los políticos que nosotros mismos hemos elegido? Y si han actuado fuera de nuestras expectativas ¿No representan acaso los valores de la sociedad en la que vivimos hoy? Esto más bien nos debe llevar a revisar cuáles son los valores de la sociedad en la que estamos hoy, ya que al parecer no están calzando con nuestras actuales expectativas de vida.

Para hacer coaching político ¿sirve la experiencia previa, el haber por ejemplo militado en un partido?


Desde luego, pero no tanto haber militado en un partido o haber desempeñado algún rol, como tener distinciones sobre política. En España estuve en la oposición a la dictadura franquista, y en el proceso de la transición milité en un partido. Hoy me doy cuenta que fue un pecado de juventud (risas), que cuando tuve mi primera decepción política dijera, “¡esto no es para mí!”. Me salí pero hoy con la piel más dura, como dicen aquí, creo que no lo haría, no es bueno dejar el poder a los que no te gustan, no es el mejor camino. Es como señalaba antes: suicidio político.

Siento que a nosotros los coach nos han enseñado a hacer buenas preguntas, nos formaron para tratar de cuestionar al observador que el otro es planteándole miradas posibles. ¿Y hasta qué punto nosotros no tenemos también la responsabilidad de mejorar la sociedad en la que estamos? ¿Por qué no pensar, por ejemplo, en hacerle preguntas a la propia sociedad o a los representantes que de alguna forma tienen mayor capacidad de influencia? Claro que para eso debemos tener distinciones y no sólo quejas.





Siempre he pensado que una cosa es un político y otra cosa es el funcionamiento político. ¿Cómo se puede cambiar la cultura del “hacer” en política?
Todo cambio de cultura es difícil. Soy consciente que cuando los partidos se ven capturados por las dinámicas del poder empiezan a fisurarse las propias ideologías que los constituyen ante el deseo principal de mantener ese poder. Surge la tentación de acumularlo y aparece el ego. Por eso y desde ese punto de vista yo te diría que si tuviera que elegir un camino, yo apostaría por la fuerza de los jóvenes, definitivamente. Empecemos apoyando el desarrollo de las futuras generaciones.

¿Algún caso que nos puedas contar?
En el mes de Febrero de este mismo año Beatriz Talegón la dirigente de las juventudes socialistas españolas tomó la palabra en el Congreso de la Internacional Socialista que se celebró en Portugal  e increpó a los líderes y les dijo con valentía que los jóvenes estaban hartos de palabras vacías, de egos, de secretismos, les hizo notar la brecha entre las vacas sagradas que se mueven en la opulencia y los jóvenes que trabajan sin medios pero con la fuerza de convicciones más profundas porque el futuro es el mundo en el que van a habitar. Sus palabras fueron muy duras y obviamente esas palabras generaron conmoción en medio de la sala de un hotel muy lujoso, desde el que se quería hablar de la desigualdad.

Mi optimismo dentro de este ambiente pesimista es que todos estos movimientos que se están creando en el mundo revelan la indignación existente en esta nueva ciudadanía a la que la vieja política no la representa en lo más mínimo. Este nuevo renacer de una juventud atenta y despierta, que exige espacios para actuar es un signo de esperanza. Por eso participar y votar hoy en vez de sustraerse de la política es sinónimo de responsabilidad cívica.

¿Y qué se espera finalmente de todas estas búsquedas sociales?


Espero que todo lo que está ocurriendo derive en el fortalecimiento del mundo social, esto obviamente generará mayor equidad e igualdad.

Alberto Mayol (sociólogo y escritor) que saltó a la palestra con su intervención en ENADE 2011 y es hoy famoso con sus libros y conferencias, en su libro “El derrumbe del modelo” hace una distinción sencilla pero tremenda cuando dice que la pobreza significa, “falta de comida”, podemos entender también habitación, sustento, etc., en cambio que la desigualdad es sinónimo de “falta de sociedad”. Tal cual, la falta de sociedad, la imposibilidad de acceso a las instituciones para algunos, carecer de articulación social de todos los grupos genera exclusión. Por eso la respuesta a tu pregunta termina en la necesidad de la inclusión social.

¿Podríamos hablar de una crisis de sentido?

En mi opinión sí. Falta resignificar y revalorizar la política y eso es lo que se reclama desde la indignación y el descontento. Sin embargo algunos políticos ponen más énfasis en buscar qué aparatos mueven los hilos de estas movilizaciones, qué oscuros enemigos, sin poder salir de un paradigma que es precisamente el que los movilizados quieren erradicar. Otros, por suerte, se sienten desorientados y están reflexionando, se dan cuenta que deben buscar una mayor cercanía, una mayor conexión con lo que está pasando en la sociedad.

¿Cuáles son las preguntas que aún no se les ha hecho a la clase política chilena?

Esa en sí misma es una pregunta difícil. Yo diría  que sí han preguntado qué quiere realmente la gente. Pienso que hay muchos clichés sobre “lo que la gente busca”. Por otro lado también es cierto que la sociedad va queriendo con el tiempo cosas distintas. El mundo de las inquietudes sociales es diverso. Cuando miramos a nivel mundial las revueltas que se han producido: la Puerta del Sol de Madrid, la “primavera árabe”, las revueltas en Israel o Estados Unidos, el mundo de los estudiantes acá o las manifestaciones de Aysen responden a móviles distintos. Las causas son diversas pero hay un elemento central: el abuso. Actualmente los ciudadanos tienen una sensación de abuso de poder y confianza por parte de la iglesia, los políticos y las empresas. Para mí nuestro desafío como coach es colaborar a mostrar esta contradicción, a producir mayor capacidad de escucha, a develar los observadores del mundo y el modelo de convivencia que hay detrás de estas situaciones. 

¿Qué experiencia tienes de cómo puede sostenerse la coherencia del político en su espacio de intervención?

  • Un camino posible es llevar al político a que esté permanentemente vinculándose con el sueño que lo llevó y lo motivó a participar en política. Dos preguntas que nos pueden ayudar: ¿Por qué llegaste a la política? Y ¿Para qué estás en la política?
  • Otro recurso es colocarle en contacto con sus valores. Una pregunta poderosa para un coachee en un momento de confusión es: ¿Qué harías si siguieras tus valores? Generalmente aparece con mayor claridad una respuesta. Cosa distinta es que de inmediato se dé cuenta que esa opción tiene un costo, pero entonces ya no estamos en el espacio de la confusión sobre lo qué hacer, sino en el de la valentía para asumir el costo de lo que ya sabe que siguiendo su marco de valores debería hacer o la capacidad de sopesar las consecuencias a medio plazo.
  • Una tercera vía tiene que ver con el hecho de procurar que la dinámica de la urgencia en la que los políticos entran no les impida separarse de lo importante. En este punto el coach toma el papel de un Pepe Grillo y a la vez a mostrar como la dinámica de los círculos que les rodean puede, a menudo, constituir una criba interpretativa que les aleje de la realidad.

Y qué estaría faltando entonces Juan… ¿masa crítica, transparencia, etc.?


Creo que falta valentía para mostrar las cosas que los políticos no quieren ver o no les dejan ver. Frente a esta realidad yo haría preguntas concretas:

  • ¿Está dispuesto a mirar los temas complejos aunque no tengan rentabilidad política inmediata o sólo desea mirar los temas fáciles de abordar que pueden tener repercusión mediática?
  • ¿Está dispuesto a cambiar el camino que emprendió si llega a descubrir  necesidades, demandas o aspectos que no había llegado a ver antes? ¿Está dispuesto a cambiar su propuesta por el bienestar de otros aunque deba convencer a su grupo de apoyo?
Seguimos citando al barón Von Bismarck cuando decimos que “la política es el arte de lo posible” aunque inmediatamente un coach, sobre todo si es ontológico, podría preguntar… ¿y quién define lo que es posible? Por eso volviendo a tu pregunta para que otras cosas sean posibles los políticos tienen que abrirse a conversaciones mayores, más incluyentes. Es así como el reto actual ya no es pensar en el partido, hoy el desafío es pensar en el país. En esa apertura del modelo de mundo el coaching puede ser un gran aliado, ampliando el arte de lo posible.

¿Cómo se construye una nación con una cultura social altamente individualista?

Desde luego el principal instrumento que tiene un país para fundarse como nación es su propia educación. Ciertamente Chile es un país individualista, pero muchos otros países también lo son. Cuando se va perdiendo la cooperación, cuando los modelos de sociedad y la tecnología impulsan a lo individual, nos queda la opción de educar en convivencia. Todo lo contrario al bullying que hoy aparece con demasiada frecuencia en nuestras escuelas y colegios. El cuidado por los otros no está en nuestras prácticas diarias, no está en nuestra identidad país y sin embargo los seres humanos requerimos vivir en comunidad. ¿Cómo se construye una nación, me preguntas? Construyendo un proyecto de comunidad inclusiva.

Esto del “emprender”, ¿crees que se puede vincular con el individualismo?

Es común pensar en emprendedores individuales que tratan de maximizar su brillante idea. Buena parte del desarrollo económico se ha basado en este tipo de emprendedores, pero también hay otros ejemplos de cooperativismo y emprendimiento comunitario. Por eso en esa educación para la convivencia más que temer al emprendimiento hay que orientarlo a un emprendimiento más social, que piense más en la comunidad en la que opera. Esta es una interesante conversación a promover y mantener en el mundo político.

Los gobiernos siempre tienen posibilidades desde sus distintas líneas de apoyo al emprendimiento de incentivar aquellos proyectos que contengan valores más sociales y comunitarios. En ese sentido coincido plenamente con Vargas Llosa cuando plantea que Chile es el mejor ejemplo de que el sólo desarrollo económico no es suficiente para la felicidad de un país. ¿Cómo levantar preguntas que lleven a identificar el valor de mayor integración e inclusión? Me podrías decir que para ello falta un contexto que le dé mayor valor a esas palabras y puedes llevar razón, tal vez por eso mi decisión de trabajar como coach de políticos, porque ellos pueden posicionar esas conversaciones que tienen la posibilidad de influir en la manera de mirar el mundo.

¿Sabes? soy un profundo agradecido del coaching. Creo que es un instrumento poderoso pero, sin embargo, creo que nosotros, los coaches, todavía estamos demasiado cohibidos. Estoy convencido que podemos acompañar procesos transformacionales con impacto más colectivo y no sólo personal, tanto para los individuos como para las sociedades… y si esto no lo creemos, y si lo creemos y no lo aplicamos estamos dejando espacios posibles para mejorar el mundo al que pertenecemos.

¿Cómo recibe la política los insumos de la Ontología del Lenguaje?

Yo trato de aplicar mi marco teórico… sin necesidad de mostrarlo, quiero decir que si la responsabilidad de la comunicación es del que comunica, es importante hablar el idioma del coachee, por eso cuando éste es político tenemos que tener distinciones de ese mundo. Muchas veces nuestro lenguaje, el de los coach ontológicos, en un minuto determinado en vez de acercar genera distancia. Hay que cuidar ese tema. Yo trato que mi lenguaje se acomode al de la otra persona, una especie de rapport lingüístico, que para que tenga solidez debe ser también conceptual. Y cuando veo que se produce el encuentro y se legitima mi rol, ahí coloco la distinción.

¿Cómo se genera aprendizaje cuando no hay una renovación en la mirada?

Si hablamos de los grupos políticos, es sorprendente como los partidos se hacen rígidos a lo largo del tiempo y hacen difícil la renovación. En el lenguaje del sector se habla de máquinas políticas y las propias palabras nos hablan de dureza, rigidez y de administración del poder y no de flexibilidad, apertura y desafíos de poder.  Ahí tienes el espacio en el que acompañar para que haya un aprendizaje socialmente productivo.

Cuando quienes están en  la política la ven como un servicio a la comunidad, en donde están dispuestos a sacrificarse, claramente están al servicio de algo mayor. Cuando se ve la política como un trabajo, se pone en marcha la dinámica del trabajador que trata de conservar su trabajo y el partido se convierte en un sindicato para defender a sus sindicados y  no para abrirse al aprendizaje.

¿La política por lo general se piensa desde la coyuntura, bajo este escenario cómo aspirar a generar cambios transformacionales?

Creo que hoy el principal desafío de la política, además de la inclusión, es replantearse el cómo fortalecer la sociedad civil. Es decir, cómo hacer para estar en una sociedad más abierta, más fornida desde el punto de vista de sus instituciones. Cómo hacer para que la participación se produzca. Si se logra se generará un flujo mayor de ideas. Habrá quien pueda pensar en el corto plazo, en el medio y en el largo y además se contará con una ciudadanía más responsable de un futuro sustentable.

¿Cuál es el rol de las conversaciones en un proceso de coaching político?

Es el eje. Muchas veces me preguntan, ¿por qué el coaching y la política? Porque el coaching tiene que ver con el poder de las conversaciones y la política vive y se desarrolla en conversaciones. ¿Qué hace un político sino declaraciones, promesas, ofertas, pedidos? Pocas veces encontraremos una actividad más lingüística que la política. ¡Qué gran desafío para un coach! ¿No? Podemos ser acompañantes de las conversaciones en las que se influye sustancialmente  el espacio de lo posible, para un ámbito de la actividad nacional o para el proyecto País.

Hay mucho qué hacer y por supuesto encontraremos  conversaciones distintas, entre ellas, algunas de las que mi gran amigo, Raúl Herrera (reconocido coach ontológico), definía como: “conversaciones para el afecto” y “conversaciones para la buena convivencia”.


¿Cómo se cruza la ética con el coaching y la política?

Para mi este es un tema central. La política sin ética es una política de dominación, la política con ética es una política para la convivencia. La ética tiene que ver con una parte de la filosofía normativa, con aquello que consideramos que es adecuado para el mejor convivir, son, por tanto, términos inseparables.

Cuando hay abuso
todo proceso político se debilita, aunque quien abuse parezca más poderoso. Ahí, en ese momento la política se distancia de la ética y con el tiempo eso te lleva a la dominación. Cuando yo te domino estoy de alguna forma invadiendo tu espacio de legitimidad. Con el tiempo todo esto genera rabia y finalmente la gente sale a la calle pacíficamente o con violencia. Lo que hemos visto en el último tiempo son signos de rabia controlada, pero el mensaje es claro: no nos representan. ¡No más! Para mí el coaching es un espacio profundamente ético.

Y la ética con el poder, ¿qué ocurre ahí?

Lo primero que yo pregunto cuando hago coaching político es: ¿El poder para qué? El poder para vivir en una sociedad donde haya mayores oportunidades; el poder para vivir en una sociedad donde las personas se desarrollen; el poder para construir una comunidad más integrada; el poder para que la ética sea un norte; en donde la identidad de un proyectos reconocible; en donde el abuso no sea tema. Son muchas las respuestas y de ellas depende en muchas ocasiones el que el coach sienta o no impedimento ético para acompañar.
¿Es posible resignificar la democracia?
Hoy la democracia está amenazada por muchos frentes, pero sobre todo, en mi opinión, está amenazada desde dentro. Para mí los principales enemigos de la democracia no están fuera, sino  dentro del poder político y de las prácticas de quienes son actores relevantes.

Veo otras amenazas potenciales, por ejemplo la fantasía de la democracia electrónica, que bajo la apariencia de que soy un demócrata ya que todos los domingos hago votaciones para ver qué hacemos en nuestra comuna, región o país, lo que en realidad estoy haciendo es dirigir la agenda de temas, hurtando el espacio del debate, es decir se elimina el espacio para intercambiar ideas y de que quienes se oponen puedan dar sus argumentos. Quien hace la  pregunta tiene la ventaja, pero aparece como un demócrata porque lo consulta todo. Definitivamente es fácil direccionar un tema y una sensibilidad cuando la información es asimetría.

Entonces ¿desaparece el ágora…?

Exactamente, desaparece el ágora de la Grecia antigua en la que se practicaba el debate de ideas, el intercambio de propuestas. Pienso que otro gran desafío hoy está en que todos tengamos simetría no sólo en el acceso a la información, sino en la capacidad para interpretarla.

A pesar de los avances que la tecnología ha traído para acceder a fuentes de datos, eso no significa que nos provean de igual información y menos de conocimiento. Creo que aún prevalece la idea de que la información es poder y si hablamos de individualismo, concentrar información es una de las maneras actuales de ejercerlo.   Volvemos por tanto al dilema individualismo-comunidad y en ello radica el interés de las redes sociales ¿Constituyen comunidades de propósito o pensamiento? ¿Tienen capacidad de conferir sentido de pertenencia?  Me interesa profundamente este tema y animo a mis coachees políticos que piensen en estas preguntas.

Creo que necesitamos generar nuevos espacios comunitarios, espacios fundados en un pensar más colectivo, donde podamos tener una percepción más clara sobre la sociedad que deseamos construir.

Y sin ágora me imagino estamos a un paso de la exclusión…

La exclusión es el resultado en donde mucha gente se siente alejada del actual proceso de desarrollo. De igual forma, es importante decir que cuando la sociedad se organiza, se organiza no sólo para ir en contra de alguien (idea reactiva), sino que también se organiza proactivamente para generar protagonismo en un mundo del cual también es parte. Esta es mi esperanza.

En esto creo que el pensamiento ontológico ha sido central en mi forma de ver la sociedad y la vida. Desde la perspectiva ontológica la exclusión es inviable, porque cada ser humano es un legítimo otro y además no podemos hablar de la realidad sino de cómo la observamos, si crea en estas premisas, la exclusión queda excluida
.

Cuando hablas con los políticos sobre la inclusión y la aceptación, ¿qué te dicen?
A veces dicen que estas ideas son un poco románticas, las respuestas que sostienen van en relación con las creencias que el político tiene de la naturaleza humana y esto es independiente de su rol de político.

Están los que creen que el ser humano es profundamente egoísta, están los que piensan que el hombre es un ser cargado de potencialidades, para transformar el mundo. Como Ronald Heifetz pienso que para acoger una nueva posibilidad, un cambio que nos saque de nuestro confort hay que creer profundamente en uno mismo y en la vida. Un bonito desafío para el trabajo de un coach

Juan para terminar esta entrevista, ¿hay algo en común entre todos los políticos de la región?
Una cosa en común es el renacimiento del orgullo de América Latina, ¡otra vez estamos en el mapa! Yo me siento una persona muy afortunada, viví la transición de España, después me vine a Chile (94) y viví la transición en Chile… acá también he vivido una especie de renacimiento en una zona del mundo que ha tenido, a pesar de los pesares, un florecimiento mayor. Y puedo decirte que me siento parte de ese orgullo.


miércoles, marzo 20, 2013

Entrevista en Coaching Hoy



Con motivo de la celebración del IV Congreso Latinoamericano de Coaching en Caracas, al alero de la Comunidad Venezolana para el Coaching Profesional (COVECOP), se lanzó la revista "Coaching Hoy" En su número 0 fui entrevistado por la educadora y parte del staff de la revista Sara Pérez Flores, este es el contenido de lo conversado y las fotos que aparecieron

 ¿Qué le motivó a orientar su práctica hacia el Coaching Político?

Te diría que como razón de fondo fue mi completa convicción de que somos seres políticos en la medida en que vivimos en sociedad. Así me he sentido desde mi primera adolescencia en una España que vivía una larguísima dictadura.
Yo entiendo la política como la búsqueda intencional de una forma de convivir que nos haga sentirnos ciudadanos más libres, con mayores posibilidades, con derechos y deberes que configuren una sociedad más vivible y más justa. La pregunta sería ¿Cómo no orientar la práctica del coaching a la Política? Y la posibilidad se me abrió cuando tomé la decisión de irme a vivir a Chile, en un momento en que estaba comenzando su democracia y tuve la oportunidad de trabajar como consultor en sus procesos de Modernización del Estado. Mi conocimiento de la gestión me acercó a aquellos que en el mundo público estaban interesados en mejorar el Gobierno de Chile y sus instituciones y de ahí a empezar a hacer coaching a personas del gobierno y la política hubo apenas un paso.



¿Para qué el coaching político?

Para acompañar a quienes toman la decisión de participar en esa alta tarea, que es como decir para contribuir a mejorar la política, para que la Política se pueda escribir con mayúscula en un mundo en que debido a la actuación de muchos políticos sin escrúpulos se encuentra desprestigiada en la mayor parte del mundo. Mi país de origen es el ejemplo más claro.
Ahora bien, llegado a este punto conviene distinguir que una cosa es coaching político y otra coaching a políticos. El coaching a políticos contiene también aspectos que se hacen cargo de la persona que el político es y en muchos casos, se centra fundamentalmente en ellos.
El coaching político habla de la naturaleza de los quiebres que orientan  la conversación y en este sentido no solo hay que pensar en grandes personalidades de la Política como posibles coachees, sino en todos aquellos que desde la sociedad civil pueden articular formas de influir las decisiones políticas y muy especialmente puede dirigirse a la juventud consciente de la necesidad de empezar a ser protagonista de su futuro y a los grupos mas desfavorecidos.

¿Cómo hace desde su práctica como coach para que los políticos establezcan distinciones entre el ser políticos y hacer política?


La segunda distinción es que si hacer Política significa mejorar la convivencia social, contribuir a crear una comunidad que en sus diferencias pueda tener un sueño común, el político tiene que escuchar sensiblemente a la ciudadanía, no puede quedarse en su torre de marfil.
Creo profundamente en la gestión y en la tecnología, pero creo que muy por encima de ellas están las aspiraciones y los valores. Las primeras están para servir a los segundos y no al contrario. En resumen el político está para servir a la mejor Política que un pueblo requiere y ese pueblo no es sólo el 51%. Es una realidad más compleja y legítima.


¿Qué cambios propicia el coaching político?

No sé si cambios, lo que propicia son las tres conexiones que están implícitas en mis respuestas anteriores: conexión con el Servicio, conexión con los propios valores y conexión con las aspiraciones de la ciudadanía.
Dejo en cuarto lugar una cuarta conexión, primero porque es un tema no mencionado antes (no podía haber nada implícito, pues) y es la conexión con el Programa Político que presentó o al que sirve el coachee político, que en el fondo representa la promesa que estableció.


Y segundo, porque por encima del cumplimiento de ese plan están las nuevas realidades y aspiraciones que surgen en una dinámica de cambios que va más rápida que cualquier promesa hecha meses o años antes. Es decir la flexibilidad puede ser más importante en ocasiones que la perseverancia en algo prometido que dejó de tener valor.
Por eso, más que cambios afuera, el coaching político actúa en el observador del político para que este permanezca o cambie en consonancia con estos puntos de referencia.



En América  ¿en qué medida se ha agregado valor a las distinciones de quienes se acercan al  coaching político?

Tu pregunta me plantea dos supuestos: que América sea un espacio de posible aporte distinto al resto del mundo y  que el político americano tenga características diferentes a los de otros continentes y sobre ello albergo algunas dudas.

Prefiero tomar tu pregunta desde al aporte de valor del coaching al político, en general, como una distinción del concepto de cambio que antes hemos abordado. Aunque sea de Perogrullo, te diría que el coaching político, como cualquier coaching, lo que propicia es acompañamiento. Deberíamos preguntarnos entonces qué puede producir ese acompañamiento que sea diferente del que puede hacer el equipo del político o un asesor experto. Y mis respuestas apuntan al concepto que Ronald Heifetz describe muy bien cuando se refiere a la figura del “confidente” como una de las necesidades de quienes tienen poder y establece que no debe ser un aliado, porque los aliados lo son en base a intereses compartidos y los intereses cambian. De forma que podrían dejar en situación vulnerable al político si su confidente aliado se orientara a un interés distinto.

Me parece que un valor que garantiza más las conexiones de las que antes hablamos es la total independencia del coach, el que pertenezca a un mundo ajeno, incluso que como ciudadano tenga una perspectiva diferente a la que tiene su coachee. Ello garantiza más claramente que sus preguntas puedan contribuir a que aparezcan perspectivas externas que no hagan al político prisionero de un grupo monolítico de influencia, a que tenga conversaciones diferentes, a que pueda hablar de sus miedos y sus confusiones, sin temor a ser juzgado.

Y si regreso al político americano por no desairar tu pregunta, sólo me atrevería a decir que al menos en Latinoamérica ha existido una tradición de patriarcas, salvadores, patrones iluminados y que el coaching puede servir a desafiar el paternalismo como una forma de hacer Política. No me atrevería a decir nada más.

En Europa ¿en qué sentido ha agregado valor en quienes se acercan al coaching político?

En el mismo sentido que ya he expuesto y añadiría que en poner sobre la mesa hasta qué punto cierta manera de entender el Estado de Bienestar, hace a los ciudadanos acomodaticios y dependientes, más sujetos de derechos, que de deberes, hasta qué punto los convierte en clientes más qué en ciudadanos. En este sentido, como ya lo he dicho en otros foros el Movimiento de los Indignados es una esperanza.


El Congreso de Coaching a celebrarse en Venezuela será sobre inclusión… ¿Cuál es su apreciación en relación a este tema?

En la conferencia a la que fui invitado por la Comunidad Venezolana para el Coaching Profesional-COVECOP en el momento del lanzamiento del Congreso, ya avancé mi posición al respecto, creo que desde el Programa Ontológico el tema es de la mayor relevancia. Cuando pensamos que no podemos decir cómo es la realidad, sino sólo cómo la observamos, cuando ponemos entre paréntesis la verdad metafísica, como dice Rafael Echeverría, desaparece la posibilidad de que un coach con bases ontológicas, como es mi caso, pueda sostener la exclusión, por lo tanto hablar de la inclusión supone un requerimiento básico en la apertura a mirar las posibilidades de cualquier opción de coaching.

Si además, me centro en el Coaching Político, la exclusión se relaciona con la desigualdad y ese es el principal tema al que se enfrenta la política hoy en día, incluso en Chile donde resido y que es un caso de éxito de desarrollo económico, es la desigualdad lo que constituye el gran desafío político, los sectores que no están incluidos en las ventajas de ese desarrollo. 

Si miro vuestro país es patente que esta Venezuela dividida es un caso de doble exclusión que requiere de conversaciones que encuentren las condiciones para un encuentro, para que prevalezca la inclusión en un Proyecto de País que permita la diferencia a la vez que responda de forma efectiva a la desigualdad.





Le percibo muy poeta… es un supuesto que manejo sobre la base de algunos de sus escritos… ¿es así?


Que me percibas poeta es para mí un halago. Quizás para algunos podría suponer estar en un mundo irreal. Me gusta la poesía, soy lector de poesía y en mi juventud escribí poesía. Aún hoy no puedo, ni quiero, evitar el uso del lenguaje poético.
Creo, como decía el poeta español Blas de Otero, que la poesía es un arma cargada de futuro y desde una concepción estrictamente lingüística, la prosa es más descriptiva, la poesía mueve y en la raíz del coaching está la intención de ese movimiento, desplazar a otro desde un modelo mental a otro, desde una creencia a otra, desde una acción a otra ¿No es eso realmente poético? Contiene el nacimiento y su ternura, el amor construido y la tristeza de la muerte. Contiene la erótica y la alegría del logro y el avance. Poesía, en suma.


¿Un poeta prestado a la política al través de coaching?

Te dejo con la pregunta. Ja ja ja. Pero gracias por hacérmela.