sábado, abril 21, 2018

Adios IVONNE querida

"Conversaciones de Coaching" ha hecho una edición homenaje a Ivonne Hidalgo en la que he estado activamente colaborando. Pueden ver el número entero AQUÍ.

A continuación incluyo mi artículo:

"Querida Ivonne, el 31 de Enero subí una nota a Facebook con el mismo título que esta carta que te escribo. Si miras debajo verás que fue leída 768 veces y además 50 personas la compartieron en sus muros, lo que puede significar que miles se asomaron a leerla. Ese es mi regalo: la constatación de toda la gente que te quiere. Datos concretos y evidencias del amor que sembraste. La nota decía lo siguiente:

“Por un momento mi escritorio se ha llenado de polvo. Ya sabes ese TOC que me persigue. He abierto las carpetas de nuestro ACP. Guardo todos los papers, las guías de aprendizaje que nos enviaban, las respuestas, los videos de Maturana, los resúmenes de mis notas de las tres conferencias generales. La primera en Segovia, la segunda en la Hacienda Galindo de Querétaro, la tercera en Santiago. Polvo y recuerdos imborrables de ese tiempo que nos transformó.

Pronto hará 25 años, querida amiga, empezamos el 4 de junio de 1.993. Ya entonces celebré que aquellas tres venezolanas que integraban el grupo pusieran tanto salero (tú, Alicia y Zorayda). Desde entonces hemos coincidido muchas veces, en opiniones y en lugares. Raúl Herrera y tú fuisteis los primeros en tomar en serio el trabajo que Verónica y yo llamamos “Coaching organizacional”. Tú lo llevaste más allá. Eres ese vendaval que se llama Vida.



Agradezco tu existencia, nuestros coincidires y nuestras discusiones. Al final siempre estuvimos cuando el otro le llamó. Agradezco esa mirada que reflejaba todas las emociones, tu humor y tu canto. Ya sabes que eres y seguirás siendo mi ejemplo del coraje, ese que tal vez Simón Díaz quiso referir en esa letra que me parte el alma: “Yo vide una garza mora dándole combate a un río”. Diste el combate ejemplarmente, querida garza. ¡Honores!

Y no cejes, tengo entendido que en ese mundo de misterio que envuelve el más allá, hay mucho espacio para la transformación y el optimismo. Me temo que tanta paz deje al espíritu demasiado contemplativo. Descansa unos días de estos últimos tiempos de dolor y diseña un plan para que quienes allí habiten sean más protagonistas, que la eternidad no les haga cómodos, ni sumisos. Y en lo que te pueda ayudar, avisa.

Lo malo de este polvo, que ha salido de las carpetas inmensas que nos dieron, es que mezclado con las lágrimas me ha dejado un aspecto de viejo crápula viscontiano. No te preocupes, no dejaré que esta tristeza empañe la inmensa alegría que supone tu paso por la tierra. Además, si tiene que ver contigo, el polvo será de estrellas.”

El día de tu funeral nuestra amiga Johanna Rodriguez la leyó para ti y cantaron la tonada de Simón Díaz. Todo fue como correspondía, las declaraciones hechas, las promesas cumplidas, los pedidos canónicos y los juicios fundados. Desde entonces hemos hablado mucho de ti; yo he contado que en el último taller que me invitaste a hacer, dentro del programa diseñado para tu importante cliente norteamericano, una mañana interviniste desde tu cama en la casa de Venezuela. Fue el agosto pasado en Los Ángeles. Todos esperaban con anhelo que pudieras estar y allí estuviste, rodeada de almohadones como una diva, bien maquillada, con la voz clara y solo hizo falta una pequeña insistencia de tu público para que cantaras.

Hasta entonces nunca me había percatado que cantar fue tu instrumento, que tu vida fue un canto mucho más allá de las canciones que entonabas  ¿Cuál fue el canto de Ivonne? Aún me pregunto ¿A la libertad, al poder sin límites, a la alegría, a la flexibilidad generosa? No pretendo responder, Ivonne, sólo quiero que sepas que entendí que venir a cantar, a poner palabras, símbolos y movimiento a la partitura de un sueño, puede marcar la diferencia de una vida y su sentido. Que tu vitalidad hasta el último suspiro nos dejó una música profundamente caribeña que no olvidaremos ni proponiéndonoslo, ni queriendo, pues  ¡Qué vaina!

Recuerdo nuestras discusiones donde se enfrentaban mi necesidad de estructura y tu incansable flexibilidad para redefinirlo todo. Finalmente el acuerdo sucedía, porque si es cierto que la magia tiene estructura, también es cierto que la estructura sigue a la estrategia. Y así muchas veces nos seguimos y casi siempre logramos que hubiese magia.

Y hablo de la magia y de lo inexplicable porque hace unos días, uno de esos  jóvenes inquietos de la red de tu cliente, me llamó solicitando apoyo; eso me llevó a hablar con tu  hermano Rainier. Parece que en ese momento él sentía la pérdida de los espacios de conversación contigo, con su querida hermana. Se quedó en silencio un momento, la voz quebrada y a los dos se nos erizó el vello del cuerpo entero pensando qué tendrías que ver tú con este encuentro, con el pedido que recibí, con mi llamada ¿Por qué esta sincronicidad de los tiempos?

Era la primera vez que yo llamaba a Rainier y el me contó: Ivonne decía que para las grandes batallas ella tenía tres cartones (de esos del bingo, me aclaró) y que uno de ellos era yo, qué gran orgullo.  Asi es que supusimos  que alzaste tu mano, hoy invisible y pediste cartón y como siempre yo estuve dispuesto.

Dime ahora a qué número apuesto, a qué fila, qué voz será la que cante las coordenadas, qué melodía debo entonar, ten en cuenta que por muy atrevido que sea, si te escucho cantar bingo en medio de un salón, puedo sentir de golpe a todas las garzas moras, los toros menguantes de luna llena, los gavilanes que no me dejan gallina, en un tropel infinito y eterno y quedarme sobrecogido, sin voz y… ¡Epa! ¿Cómo ayudaríamos entonces a tu pana?