domingo, agosto 19, 2007

Coaching a la Sociedad: el Obispo Goic

Estamos preparando el Congreso de Coaching que se celebrará en Noviembre en Santiago y con Eduardo Walker y Claudia Raffo iniciamos ya en Buenos Aires una conversación sobre coaching Societal o coaching a la sociedad, en el fondo la capacidad para situar las preguntas y los temas que suponen una mirada distinta en la sociedad en la que vivimos, para mostrar aquellos quiebres que no queremos ver o para los que tratamos de aplicar paradigmas que no se hacen cargo de nuevas posibilidades y que han demostrado su inoperancia para resolver lo no resuelto. Preguntas que no nos hacemos ¿Es esta una cualidad de los líderes?

El tema, con otros ya incorporados en la Comisión creada por la ICF Chile, va tomando forma. En la última reunión de directorio Eduardo puso un buen ejemplo: "Es lo que está haciendo el Obispo Goic con su propuesta de salario ético". Coincido con él, es indiferente el punto de vista del que partamos, para aceptar que supone un nuevo enfoque al problema de la desigualdad en un país:

que está en vías de desarrollo y cuyos sectores industriales funcionan con éxito

que tiene reservas en el extranjero para resistir cualquier crisis económica

que tiene una clase empresarial y directiva que se declara profundamente cristiana.


Inmediatamente las mentes económistas ortodoxas han salido al paso, que es una petición demagógica, que el Obispo no sabe de economía, que el mercado sabe resolver estos problemas de la forma mas eficiente, que reclamar un salario ético, implica asumir costos que producirán el desempleo de mas personas. La pregunta que lanzan es si por ser, aparentemente, mas justos con quienes tienen trabajo, se puede condenar a otros a estar sin él.

Pues no, no se puede condenar a esos otros, pero ese no es el fondo de la cuestión. Lo que Alejandro Goic plantea es una llamada a la conciencia social de si es admisible pagar sueldos de miseria mientras las empresas se enriquecen y el país acumula superavits históricos. ¿Qué vamos a hacer ante eso? ¿En qué pais queremos vivir? ¿Preferimos Estados Unidos o los paises escandinavos? Y lo importante es que su pregunta ha remecido a la sociedad y se han producido encuentros y desencuentros que no corresponden a las lógicas partidarias.

Hablamos de coaching social cuando nos damos la posibilidad de interpelar al mundo en el que vivimos, cuestionando sus reglas y si pongo el tema en estas notas de mi blog, es porque conforme la reflexión ha ido tomando cuerpo, además de alegrarme porque la Iglesia cambie su agenda y deje de estar tan preocupada por el uso de los anticonceptivos para estar mas alineada con la injusticia social, que desgarra las vidas de tantos. Además de eso, digo, me lleva al pensamiento de si quienes son dirigentes sociales pueden serlo responsablemente sin cuestionarse adonde nos conduce esta forma de vivir, que mundo estamos construyendo, si somos más felices ademas de ser mas ricos, si hay mas afecto además de mas fuerzas de seguridad, si avanza la igualdad de oportunidades además de puntear en los rankings mundiales.
Los economistas pueden no entenderlo, la senadora Mattei desde luego que no, pero cuando el Obispo responde "No soy economista pero percibo el drama de los más pobres" se refiere a algo que la mayoría vive y entiende y su voz, sin doctorados en Chicago, remueve la conciencias de muchos y la conciencia no responde al mercado, sino a las íntimas convicciones que con los días nublados se nos empañan.

Tendremos una linea congresual dedicada a este tema y deberemos pensar en nuevas preguntas para la comunidad de la que somos y pensar, también, desde qué lugar se originan para que sean legítimas. Me he anotado a esta búsqueda.



lunes, agosto 13, 2007

Corpore sano

Con Carmen Cordero se aprende que es cierta la frase "No tengo cuerpo para esto" A veces no tenemos cuerpo, porque hemos dejado que nuestra historia lo borre, que nuestra mente se haya enseñoreado de nuestro vivir y el cuerpo en el que somos sea un soporte con pocas posibilidades.

Y sin embargo aquí lo tenemos, con toda su capacidad de contenernos, de permitirnos vivir las emociones, como lo tangible que hace posible nuestra integración.

Durante estos años de coaching directivo he enviado a varios de mis coachees a que trabajaran con Carmen, siempre me lo han agradecido. Este fin de semana fui yo.

En el cuerpo no hay nada nuevo dice, lo nuevo surge en el mundo interpretativo del lenguaje. Por eso hay veces que hay que preguntarle al cuerpo ¿Qué dice? ¿Qué nos recomienda? Porque su antigüedad es sabia. La mente hace el relato que le acomoda. Termina siendo menos cierta.

Este cuerpo nuestro también vive en las organizaciones. Nos parece que no, que en esta sociedad del conocimiento el cuerpo es decoración, es la carcasa que nos lleva. Los directivos tienen cuerpo y pasan por las cuatro emociones básicas que traemos impresas biológicamente y que se expresan por conexiones sensomotoras: El miedo, la rabia, la tristeza y la alegría. Esa legitimidad hay que defenderla y mostrarla.

Un día descubrí que era imposible quedarse sólo en esa dimensión del intelecto, que era necesario identificar en qué emoción recurrente vive el cuerpo, porque sus disposiciones para la acción mas frecuentes vienen de esa emocionalidad. El mundo es distinto desde el miedo, que desde la rabia, ambas tan necesarias. Es diferente desde la tristeza, que desde la alegría, ambas tan inseparables.

Desde el coaching que se practica con el lenguaje no podemos hablar del cuerpo, hay algo que queda en la zona de sombra, que solo se puede vivir desde el amasijo de fibras. Podemos deconstruir lingüísticamente las emociones y buscar que amenaza hay detrás del miedo, que injusticia detrás de la rabia, que pérdida detrás de la tristeza, que conexión de plenitud produce la alegría, pero las emociones finalmente nos pueden llegar sin juicios, como resultado de ese devenir histórico en el que hemos "educado" a estos músculos que nos sostienen. Al final hay un aparente misterio que expresa nuestra biología como un algoritmo. Es "harina de otro costal" que nosotros no conozcamos sus variables. Carmen las explica desde la musculatura.

Escribo y escribo en mi cuaderno. Me hago preguntas. Anoto otras para algunos de los coachees que aparecen con nitidez en mi retina ¿A quién le hago estas preguntas? tal vez no haya nadie dentro de estas tapas de cartón 13x19.

El cuerpo siempre está y sin embargo buscamos en la mente aquello que no puede decirnos.