lunes, junio 16, 2014

Liderazgo CreAdaptativo



Llevo años interesado en el fenómeno del Liderazgo. Ha sido  parte fundamental de mi trabajo como empresario, profesor de escuelas de negocios,  consultor estratégico y coach de directivos de distintos países. Junto a ese interés hoy suscribo la idea de que ejercer el poder es cada vez más difícil. Esa es la idea central del último libro (“El fin del poder”)  del venezolano Moisés Naím, uno de los columnistas de habla hispana más respetados internacionalmente.

 Nunca en la historia ha sido más difícil que en este momento el ejercicio del poder sin recurrir a la fuerza o la coerción. Y esto ha ocurrido  en la medida en que el poder se ha distribuido en la sociedad civil, se ha generado una ciudadanía más preparada, con más empoderamiento y sentido de sus derechos, si nos referimos al liderazgo social y político o contamos con empleados y colaboradores que dan menor valor a la obediencia, que cuentan con fuentes de información, que están más preparados y no se ven dependientes de una carrera profesional vinculada a una sola empresa, con clientes más exigentes y mayores oportunidades de alternativas, si es que nos centramos en las organizaciones.

Sumen a todo esto el impacto de la tecnología y las prácticas ésta que crea, la velocidad de los cambios y la nueva manera en que el emprendimiento cala entre los más jóvenes que más que aspirar a ser empleados se dan cuenta que deben ser ellos mismos ofertas para lograr clientes, bien a través de estructuras existentes en forma de organizaciones o de las múltiples posibilidades relacionales que precisamente la tecnología nos da. Estamos en un escenario claramente distinto en el que los valores y las preferencias han cambiado. Una mínima lógica nos haría entender que en ese escenario diferente no servirán los liderazgos que fueron validos en otros. Los revolucionarios de ayer pueden pasar a ser  los atrincherados de hoy, los progresistas pueden ser los conservadores, los innovadores  los que se oponen a los cambios que dejan atrás su ya añeja innovación.

Es precisamente cuando la jerarquía y la posición me garantizan menos facilidad de ejercer el poder,  cuando aparece una mayor necesidad de liderazgo que permita la gobernabilidad de proyectos de cualquier tipo y tamaño. Podemos tener Gobiernos, Directorios, Líneas de mando, pero a la vez podemos carecer de gobernabilidad.

Si pensamos entonces en un liderazgo que permita  la gobernabilidad de una organización viva en el siglo 21, es decir diversa, con capacidad de reinventarse, de perdurar, incluir, satisfacer a las múltiples partes y aspectos que la conforman y pueden determinarla, no podemos sino empezar considerando que debe caracterizarse por su capacidad de leer el mundo en el que quiera desarrollarse. Más que la proposición de “mi” propia idea del mundo/organización, emerge la idea del mejor mundo/organización posible, articulando las fortalezas, los recursos, los talentos, las riquezas con las que contamos. Surge así de una vocación apreciativa de lo que tenemos.

Hoy hablamos del liderazgo adaptativo como el mejor modelo para las organizaciones y reconozco que he tenido que aceptar el nombre como una forma de entendernos, más que por su valor descriptivo, de hecho creo que hablar de adaptativo puede inducir a error, porque con frecuencia nos lleva a la idea de que adaptarse es ceder, claudicar ante lo imposible, bajar nuestras expectativas. Y no es así. El liderazgo adaptativo implica aceptar lo que es como punto de partida, entender el escenario que está siendo y no el que quisiéramos que estuviera siendo. Sólo podemos transformar la realidad que entendemos y llegamos a valorar en su complejidad sistémica. En esa complejidad uno de los aspectos fundamentales es la distribución del poder.

Esta propuesta  nos lleva a líderes que no  pongan el énfasis en su carisma,  en su expertise o en su especial inteligencia, que den valor a su esfuerzo para crear las condiciones en las que las personas den lo mejor de sí mismos, estén dispuestas a un sacrificio por un futuro mejor, que como dice uno de los expertos creadores de la denominación “liderazgo adaptativo”: Ronald Heifetz, acepten seguir avanzando sin respuestas fáciles. Un liderazgo que anime a la exploración ante la ausencia de certezas. La innovación parte de este espíritu.

Lo adaptativo visto de esta forma  es un requisito de partida, no un fin. No declina construir nuestra vida, nuestro país o nuestra empresa versus resignarnos a lo que tenemos. Parte de lo que tenemos, como un escenario real, para desarrollar la creatividad de la construcción de lo que aspiramos. Visto desde esta forma es poco posible desarrollar un liderazgo adaptativo desde la imposición, como tampoco es posible desarrollarlo desde la emoción de la rabia.

No quiero trivializar los desafíos de esta forma de ver el liderazgo, requiere de una alta dosis  de persistencia y un gran coraje. Hay una frase de Heifetz que me conmueve desde que la leí y que uso en mis talleres: Persuadir a las personas para que renuncien al amor que conocen por un amor que jamás han experimentado, significa convencerles para que tengan fe en sí mismas y en la vida”.
 Esto quiere decir que un líder adaptativo tiene que estar dispuesto a soltar muchas cosas, a distinguir lo esencial de lo accesorio empezando por sí mismo  Tiene que estar dispuesto, como diría el médico español  y experto en liderazgo y mente, Mario Alonso Puig, a ser sobre todo una gran persona, porque el liderazgo es una forma de ser en la vida.
 
Por eso hablar de liderazgo adaptativo puede llevarnos a un error si no calamos profundamente en su significado. No significa adaptarnos a las circunstancias para no desaparecer,  sino a estar dispuestos a liderar creativamente para mejorarlas desde su centro, a crear nuevos mundos y nuevas posibilidades. Aun cuando a priori  al empezar no sepamos donde vamos a llegar, si sabremos los valores que no queremos transar, los  intereses y las emociones que nos mueven y la infinita capacidad de crear que tienen las personas. Tal vez por ello, se me ocurre, mientras escribo este artículo, llamarlo liderazgo creAdaptativo.