domingo, diciembre 23, 2007

Y si al mirar hay un rastro de tu sueño...



Las últimas conversaciones de coaching del año, tienen ese tono de balance, de término, de posibilidad de no seguir. Hago cuentas y en este momento tengo 14 coachees activos. Me había dicho a mí mismo que no trabajaría con mas de 10, pero algunos se resisten. Dos de ellos son a la distancia, el chat, skype, el mail son las nuevas formas de que hablemos y nos veamos. Doce se sientan frente a frente, ante mí, nos conocemos, les pregunto y me preguntan, compartimos palabras, emociones, sentimientos.

Es una profesión hermosa esta. Acostumbro a que la última sesión del contrato o la última del año cuando Diciembre nos cae enmedio, sea para que el coachee se pregunte ¿Qué he aprendido en este proceso? ¿Qué es lo que hago hoy que antes no hacía? ¿Qué siento que no sentía? Y hago enfasis en que se den cuenta que aprendemos sintiendo.

Por mi parte les cuento aquello que sigo teniendo en mi punto de mira, la inquietud que sigue encendida, sin embargo, o mejor dicho: además, en estas últimas conversaciones de Diciembre 2007 me ha aparecido la pregunta de ¿Cuantos sueños de tu juventud siguen estando presentes en tu vida de hoy?

Ha dado lugar a hermosas conversaciones. Algunas veces nos damos cuenta que abdicamos de nuestros sueños mas hermosos, que quedaron atrás como un discurso vivido, que ya no están aqui entre los espacios de las agendas del presente, que nos rendimos o que dejaron de ser sueños, caballos que tiraban del coche de nuestro cuerpo y nuestra mente, como lo diría Jorge Bucay.

Otras veces descubrimos, que debajo de resmas de papel, con una pátina de polvo están ahí, o no, están vivos, brillantes, manteniendo su dorado reclamo sobre el trajín de los días que vivimos. ¡Da una alegría descubrirlo!

¿Siguen ahí tus sueños? ¿Despiertos, vivos, como caballos briosos de la vida?

Por respeto a nosotros mismos debemos atenderlos.

sábado, diciembre 08, 2007

El segundo Congreso chileno de coaching

Ya anuncié en otro post que estábamos preparando el Segundo Congreso de Coaching en Santiago. Se realizó en el Estadio de San Jorge los días 27 y 28 de Noviembre, con el título "Las preguntas que nos mueven" y este interrogante cartel anunciador.

Asistieron 140 personas, fluyó apaciblemente como un río tranquilo con hermosas vistas en sus riberas. Los miembros del actual directorio constituyente de la ICF capítulo chileno lo declaramos un éxito.

Buenas ponencias de Rafael Echeverría, Patricia May, Julio Olalla. Buen panel el que coordinó Eduardo Walker con Pedro Arellano, Susana Carey, León Guzmán, Luis Carrasco. No entraré, sin embargo, en el relato de lo que fue pasando o en lo que dijeron, para eso puedo aprovecharme, como otras veces, de Raúl Herrera que ya hizo su post descriptivo y minucioso. Pueden leerlo en este enlace. Mi intención es otra, quiero hablar de lo que me pasó a mi y de mi interpretación de por qué funcionó cuando no se daban condiciones especialmente favorables:
  1. Éramos un equipo con baja experiencia de trabajar juntos
  2. El Congreso se situó en un calendario recargado de encuentros de la misma comunidad a la que convocábamos
  3. No teníamos un presupuesto para lanzarlo
¿Cuál fue la clave para lograrlo?

Creo que la mas importante fue la generosidad, la disposición a no acaparar protagonismo entre nosotros, la división del trabajo de una forma natural, la mezcla de sentido de la responsabilidad y juego. Y traigo aquí estas consideraciones para llevarlas mas allá del ámbito del congreso, para poner el foco en nuestras organizaciones. ¿Qué papel juega el protagonismo? ¿Cómo se conjuga el liderazgo y el protagonismo? ¿Se puede liderar sin la búsqueda del protagonismo personal?

Sinceramente creo que no hubo agendas personales, que a diferencia de lo que pasa hoy, por ejemplo, en el Gobierno de Chile, primó el sentido de un proyecto que nos atraía profundamente sobre el legítimo deseo de figurar.

Otra clave fue externalizar la logística del Congreso, centrarnos en nuestras fortalezas y evitar la tentación del control. Yo mismo tuve que trabajar mi ansiedad al ver que no "ensayamos" la puesta en escena, como yo hubiera sugerido si hubiese sido el director del evento. Hubo una bonita entrega a un proyecto en el que creemos.

Eso me pasó con el Congreso, tuve que abandonarlo en la segunda tarde para viajar fuera de Santiago y salí de la sala con placidez y un gran afecto por mis compañeros de ruta.


Me pasó también que me tocó presentar a Rafael Echeverría y eso me llevó al día de Junio de 1993 en que lo conocí en Segovia, al recorrido del tiempo en que fui alumno, al que fui socio en Newfield Europa y colaborador de aquel Newfield en el que Rafael y Julio eran socios avenidos. Cerré capítulos que quería cerrar. Me ayudó esa declaración de Rafael sobre los principales focos "regionales" que hoy veía para la acción del coaching: la educación y la empresa.

Y es que otro día de 1.995, cuando llevé a una reunión que Verónica Virgilio tenía con él, el proyecto de un Programa dirigido a la aplicación del ACP (y las ideas que lo sustentaban) al mundo de la empresa, en el que se incluían las distinciones para entender el Sistema organizacional, donde yo podía aportar competencias, la respuesta de Rafael fue lacónica y categórica "No tengo esa conversación abierta". Yo me imaginé un mueble lleno de pequeños cajones abiertos y cerrados y la verdad es que me frustré: el que guardaba el objeto de mi deseo, estaba cerrado.

A veces los tiempos no nos acompañan, seguramente no diseñé adecuadamente aquella conversación ¿Qué no hice bien? ¿Cuánto dificultó mi propio deseo de protagonismo? Lo importante es que hace tiempo que la conversación se abrió y que yo cerré, con esta presentación presidida por el afecto, un rastro del veneno de mi ego. Asi es la vida abrir y cerrar conversaciones y sentimientos.

¿Que voy a aprender de todo esto?

domingo, noviembre 25, 2007

Hicimos un "castell". Fuimos castellers

Este fue el resultado. Ócurrió en Quilpué con la Gerencia de Operaciones y Sistemas del BancoEstado. Mas de 100 personas y la emoción de ser equipo entre nosotros, impregnada en las pañoletas blancas, en la fuerza de superar cualquier experiencia que se hubiera hecho en Chile. El objetivo era hablar de trabajo en equipo. Lo que hicimos fue mostrarlo, porque ser equipo, hoy lo sabemos con total certeza, es una emoción, relacionada con tener un proyecto común y poner en ello el coraje, la valentía, la fuerza y la persistencia para lograrlo.

Podemos tener el mejor proyecto, pero si no se comparten los valores que encarna, es difícil tener un desempeño superior. Equipos y Liderazgo son dos conceptos que se encuentran en el corazón y las mentes de las personas.

En google pueden encontrar valiosa información sobre los castells como tradición mediterránea que empezó en el antiguo reino de Valencia y que hoy tiene sus mas conocidas expresiones en Cataluña. Si pinchan el vínculo que he puesto mas arriba podrán leer lo que dice wilkipedia.

La tradición llega a Chile siguiendo un camino del que formo parte. Se remonta al Magíster de Gerencia Pública que el Gobierno alentó desde la Secretaría Ejecutiva de la Modernización del Estado en 1998, cuando Claudio Orrego ocupaba ese puesto. Aquella fue una experiencia notable en la que participaron 33 altos directivos públicos.

En ella participó Salvador García, con el que trabajaba frecuentemente entonces. Él usaba una lámina que todavía yo utilizo, con la que, desde una foto en blanco y negro de esta torre humana que son los castells, es fácil mostrar que mirándola se "ven valores" y que sólo cuando los compartimos podemos hacer grandes esfuerzos y obtener notables empresas y cuando no, las organizaciones se pierden en sus rutinas defensivas, en sus explicaciones desmotivadas, en esa apatía que hacemos creer que es realismo.

Tuve la fortuna de dirigir ese Magíster con un grupo de magníficos colaboradores (sería injusto no nombrar a Rosario por lejana que esté ahora) y en el rediseño permanente que fuimos haciendo en su transcurso, incluimos una pasantía en España. Terminamos en Barcelona, coincidiendo con las fiesta de la Merced del 24 de septiembre y de improviso en una plaza, nos esperaba la construcción de un castell. La emoción porfunda de un pueblo, de una cultura, de un desafío, de la colaboración, del esfuerzo por lograr un resultado deseado, un resultado encarnado en el alma. Vean lo que mis palabras son incapaces de transmitir. Una experiencia inolvidable

En ese grupo estaba Luis Carrasco, él se quedó tan vivamente impresionado que trajo la práctica a Chile y formó a un casteller y éste a los niños que terminan culminando la torre, los más importantes de la "colla". Son niños de Lo Prado. Niños profundos de los que podría hablar muchas páginas.

Este grupo, estos niños, Jorge "el casteller", Luis y yo mostramos con pocas palabras que trabajar en equipo es un estado de la conciencia, de una emoción por compartir. Para eso la GDOS del BancoEstado es un lugar donde lograrlo siempre es posible.

viernes, noviembre 16, 2007

Dónde encontramos la alegría



Uso en este post las fotos a las que me ha dado acceso mi alumna del Magíster y académica de la Universidad de Tarapacá Ada Rivas y aprovecho la reflexión de otro exalumno Manuel Labbé en respuesta al "arte de dirigir" en el que hablé de dirigir desde la alegría y escribí "Ando en la búsqueda de las emociones desde las que se produce el liderazgo y me inclino a pensar que dentro de ese doble par de fuerzas emocionales: rabia-miedo y alegría-tristeza, es desde la rabia justificada y desde la alegría que movemos a las personas"


Manuel me escribe: Creo que un líder debe sentir la alegría de entregar (ya que decir “formar” es muy engreído) ciertas visiones a otros que puedan ayudarles en sus propios caminos de desarrollo, sintiéndose así parte de su éxito, lo que genera más alegría en un gran círculo virtuoso. Tal vez sea interesante explorar en alguna siguiente reflexión, el cómo se genera la alegría.

En mi caso, es a través de mis stocks de alegría, es decir mis recuerdos donde he podido entregar alguna herramienta que ayuda al desarrollo de alguien
.

Deja así abierta la pregunta ¿Dónde encontramos la alegría? ¿Dónde mira ese niño aymara de la foto? ¿Qué necesita para sonreir?

Mi buen amigo José Ramón Fernández Naves en el capítulo "Geografía de las emociones" incluido en la compilación "Liderando con emoción" que editó hace unos años Soluziona, asocia la alegría con la conexión y la experiencia de plenitud.

José Ramón habla del "río de la alegría", un río místico que para mí tiene que ver con el amor y el agradecimiento. El agradecimiento de ver una flor que en sí misma es un milagro, como esa camelia del Sur de Chile que Ada fotografía capturando en ella su infancia. Esa alegría me da a mí cuando huelo jazmines y toda mi infancia en los veranos de Jumilla entra por mi nariz y me trae el compromiso con la vida. Esa alegría es la que me produce mi hija Arancha cuando me regala una vara de nardos y su aroma me conecta con la plenitud de vivir.

Sigo, Manuel, el hilo de tu pregunta con la intención que otras personas nos digan dónde encuentran la alegría. Yo cada vez estoy más cerca de la frase de Paul Valery "A menudo pienso y a menudo soy" que Anselm Grüm analiza así: "Cuando pienso sobre mi vida, me distancio de ella, me retiro de la vida. Pienso sobre la vida y sin embargo me separo de ella. Reflexiono sobre la vida, pero no la observo, no la siento. Paul Valery conoce la otra experiencia de que a veces sencillamente es (...) Cuando sencillamente soy, cuando soy puro ser, entonces vivo realmente"
Encuentro la alegría en la conexión con este momento, en el que desde luego mis recuerdos son también presente. Están aquí. Me acompañan. Son.
Como Anselm Grüm es benedictino y muy creyente no puede evitar citar a sus compañeros de fe, pero estoy muy de acuerdo cuando dice: "Juan Crisóstomo dijo que Dios dejó a los seres humanos algo del paraíso: las estrellas del cielo, las flores del campo y los ojos de los niños. Tomás de Aquino añade que Crisóstomo se olvidó de dos cosas: el vino y el queso"
¡Tienen tantos lugares donde encontrar los directivos (con quienes comparto este blog) el interruptor de su alegría! basta con salir de la obsesión de ser víctimas y mirar alrededor, al cielo, al campo, a las personas que queremos, a nuestra despensa, al privilegio de su responsabilidad

sábado, noviembre 03, 2007

¡COÑO...Estoy VIVO!


En mi Taller de "Gestión de sí mismo", incluyo una versión del ejercicio de imaginería gestáltica del que habla Stephen Covey al comienzo del capítulo donde expone su Segundo Hábito de la gente altamente efectiva: "Empiece con un fin en su mente". En el ejercicio asistimos a nuestro propio funeral. Suele ser una experiencia muy emocional y generadora de reportes poderosos y de conclusiones personales con gran potencial de covertirse en decisiones.


Ya hace más de un mes en la empresa cliente en la que desarrollé por última vez este taller se produjo una vez más este mismo efecto y en los reportes, uno de los asistentes (quiero citar su nombre, se llama Juan Colina) tomó la palabra para relatar lo que le había sucedido. Su sencillez nos conmovió a todos, expresó la intensidad de ese instante de enfrentarse con la desaparición y al darse cuenta que era simplemente una situación imaginaria, le vino la frase: ¡Coño...estoy vivo!


Le escuché y me di cuenta que, con su acento tropical y su frase simple, había resumido mejor que yo la fuerza de lo que traté que descubrieran, coño, estoy vivo, tengo el tiempo para hacer lo que tengo que hacer, lo que no puedo permitir que quede pendiente, para tener las conversacines no tenidas, para demostrar los afectos no demostrados, para cambiar aquello que no quiero que siga ocurriendo en mi vida, para ser el que quiero ser, para que no se me escape, trivial, una vida sin brillo entre los días y sus horas, para enmarcar aquello que quiero, para dejar las semillas que quiero dejar. Estoy vivo...coño.


A veces eso es todo lo que un coaching puede hacer: llevar al otro a la evidencia de que está viviendo, que vivir es un tesoro, que es siempre una oportunidad, que quien vive y dirige no puede conformarse con vegetar, que tiene ante sí las posibilidades de lograr que las cosas sucedan para sí y para su entorno y el tiempo es corto y la tarea es grande.


A veces el principal aporte del coach es que el coachee se conecte consigo mismo, que diga en su interior: ¡Coño, estoy vivo! y la vida está aquí para que yo la viva y puedo gustarme a mi mismo en el presente por la forma en que entrego, doy, me relaciono con otros. Puedo querer hoy al directivo que soy, que está siendo. Puedo dejar de pensar en quien quiero ser y vivirlo en este momento preciso, hoy que vivo.


Que el presente sea el territorio.


No escribo más, tengo que vivir esta mañana de primavera, pero si quiero decirle a mi tocayo Colina, que le doy las gracias y me estrecho en un abrazo desde Chile, porque estoy aquí presente, porque ¡Coño, coño, coño...estoy vivo!

lunes, septiembre 17, 2007

Las preguntas y su movimiento


LLeva razón Ignacio Fernández cuando, en su comment a mi entrada anterior, se refiere al coaching como el resultado de cambiar al observador que somos. Matizaría que ese es el coaching efectivo, pero podemos hablar de un proceso de coaching a aquel que trata de cambiar a ese observador siguiendo un determinado enfoque conversacional que entiende que el aprendizaje es un camino mayeútico de descubrimiento de nuevos paradigmas, aun cuando ese cambio no se produzca. Podríamos decir que fue un coaching fallido, que no obtuvo resultados, pero no me atrevería decir que no lo fue en su intención.

En cualquier caso, si empiezo dándole la razón a Ignacio, no es solo por buena crianza (siguiendo la frase tan usada en Chile) sino porque en realidad el Congreso al que aludo tiene como lema "Las preguntas que nos mueven", refiriéndose a la comunidad de coaches y es desde esta perspectiva desde la que vimos que el debate abierto por el Obispo Goic podría incluirse dentro de la categoria de coaching social, en la medida en que pretende cambiar enfoques desde los que la sociedad chilena y su gobierno contemplan la desigualdad y la brecha de pobreza, sin embargo no di todas las aclaraciones para situar adecuadamente el tema.


Hablo, entonces, de preguntas que nos cambian la vibración, que nos sacan de las respuestas automáticas, que nos impiden esas respuestas hechas que ya no abren surcos para lo nuevo. Hablo de preguntas que nos llevan a otro lugar, que encienden la luz en una habitación distinta a la que solemos estar.
En las últimas semanas he tenido varias de esas conversaciones en mi rol de coach, quiero referirme a la que tuve con "R" mientras recordábamos que cuando empezamos nuestro trabajo hace meses, se sentía cansado de ser un técnico de primera clase, así se describió él, pero con un gran abandono de sí mismo, sin vivir el presente, sin entregarse a nada.

Hemos trabajado y seguiremos trabajando con varias preguntas motoras:
  1. ¿Qué tienes que perdonarte?
  2. ¿Qué valoras en tí?

  3. ¿Qué quieres realmente construir?

  4. ¿Qué quieres recuperar para sentir el balance que te da equilibrio?

pero hay una que le dejó pensando, que le llevó a esa habitación no visitada a la que me refiero:

- ¿En qué tienes que fracasar? - le pregunté

- No te entiendo -me dijo

- Me refiero a esas situaciones que no nos gustan, que nos agobian pero que mantenemos por inercia, por cobardía, por falta de fuerza; a esas situaciones que nos lastran y que deberíamos soltar, no seguir resistiendo con explicaciones que no tienen asidero. Declarar que fracasamos en ellas puede ser un gran triunfo.


R me miró con esos brillos que ya se interpretar, tienen que ver con la sorpresa y el camino que abre, tienen que ver con movimiento.

domingo, agosto 19, 2007

Coaching a la Sociedad: el Obispo Goic

Estamos preparando el Congreso de Coaching que se celebrará en Noviembre en Santiago y con Eduardo Walker y Claudia Raffo iniciamos ya en Buenos Aires una conversación sobre coaching Societal o coaching a la sociedad, en el fondo la capacidad para situar las preguntas y los temas que suponen una mirada distinta en la sociedad en la que vivimos, para mostrar aquellos quiebres que no queremos ver o para los que tratamos de aplicar paradigmas que no se hacen cargo de nuevas posibilidades y que han demostrado su inoperancia para resolver lo no resuelto. Preguntas que no nos hacemos ¿Es esta una cualidad de los líderes?

El tema, con otros ya incorporados en la Comisión creada por la ICF Chile, va tomando forma. En la última reunión de directorio Eduardo puso un buen ejemplo: "Es lo que está haciendo el Obispo Goic con su propuesta de salario ético". Coincido con él, es indiferente el punto de vista del que partamos, para aceptar que supone un nuevo enfoque al problema de la desigualdad en un país:

que está en vías de desarrollo y cuyos sectores industriales funcionan con éxito

que tiene reservas en el extranjero para resistir cualquier crisis económica

que tiene una clase empresarial y directiva que se declara profundamente cristiana.


Inmediatamente las mentes económistas ortodoxas han salido al paso, que es una petición demagógica, que el Obispo no sabe de economía, que el mercado sabe resolver estos problemas de la forma mas eficiente, que reclamar un salario ético, implica asumir costos que producirán el desempleo de mas personas. La pregunta que lanzan es si por ser, aparentemente, mas justos con quienes tienen trabajo, se puede condenar a otros a estar sin él.

Pues no, no se puede condenar a esos otros, pero ese no es el fondo de la cuestión. Lo que Alejandro Goic plantea es una llamada a la conciencia social de si es admisible pagar sueldos de miseria mientras las empresas se enriquecen y el país acumula superavits históricos. ¿Qué vamos a hacer ante eso? ¿En qué pais queremos vivir? ¿Preferimos Estados Unidos o los paises escandinavos? Y lo importante es que su pregunta ha remecido a la sociedad y se han producido encuentros y desencuentros que no corresponden a las lógicas partidarias.

Hablamos de coaching social cuando nos damos la posibilidad de interpelar al mundo en el que vivimos, cuestionando sus reglas y si pongo el tema en estas notas de mi blog, es porque conforme la reflexión ha ido tomando cuerpo, además de alegrarme porque la Iglesia cambie su agenda y deje de estar tan preocupada por el uso de los anticonceptivos para estar mas alineada con la injusticia social, que desgarra las vidas de tantos. Además de eso, digo, me lleva al pensamiento de si quienes son dirigentes sociales pueden serlo responsablemente sin cuestionarse adonde nos conduce esta forma de vivir, que mundo estamos construyendo, si somos más felices ademas de ser mas ricos, si hay mas afecto además de mas fuerzas de seguridad, si avanza la igualdad de oportunidades además de puntear en los rankings mundiales.
Los economistas pueden no entenderlo, la senadora Mattei desde luego que no, pero cuando el Obispo responde "No soy economista pero percibo el drama de los más pobres" se refiere a algo que la mayoría vive y entiende y su voz, sin doctorados en Chicago, remueve la conciencias de muchos y la conciencia no responde al mercado, sino a las íntimas convicciones que con los días nublados se nos empañan.

Tendremos una linea congresual dedicada a este tema y deberemos pensar en nuevas preguntas para la comunidad de la que somos y pensar, también, desde qué lugar se originan para que sean legítimas. Me he anotado a esta búsqueda.



lunes, agosto 13, 2007

Corpore sano

Con Carmen Cordero se aprende que es cierta la frase "No tengo cuerpo para esto" A veces no tenemos cuerpo, porque hemos dejado que nuestra historia lo borre, que nuestra mente se haya enseñoreado de nuestro vivir y el cuerpo en el que somos sea un soporte con pocas posibilidades.

Y sin embargo aquí lo tenemos, con toda su capacidad de contenernos, de permitirnos vivir las emociones, como lo tangible que hace posible nuestra integración.

Durante estos años de coaching directivo he enviado a varios de mis coachees a que trabajaran con Carmen, siempre me lo han agradecido. Este fin de semana fui yo.

En el cuerpo no hay nada nuevo dice, lo nuevo surge en el mundo interpretativo del lenguaje. Por eso hay veces que hay que preguntarle al cuerpo ¿Qué dice? ¿Qué nos recomienda? Porque su antigüedad es sabia. La mente hace el relato que le acomoda. Termina siendo menos cierta.

Este cuerpo nuestro también vive en las organizaciones. Nos parece que no, que en esta sociedad del conocimiento el cuerpo es decoración, es la carcasa que nos lleva. Los directivos tienen cuerpo y pasan por las cuatro emociones básicas que traemos impresas biológicamente y que se expresan por conexiones sensomotoras: El miedo, la rabia, la tristeza y la alegría. Esa legitimidad hay que defenderla y mostrarla.

Un día descubrí que era imposible quedarse sólo en esa dimensión del intelecto, que era necesario identificar en qué emoción recurrente vive el cuerpo, porque sus disposiciones para la acción mas frecuentes vienen de esa emocionalidad. El mundo es distinto desde el miedo, que desde la rabia, ambas tan necesarias. Es diferente desde la tristeza, que desde la alegría, ambas tan inseparables.

Desde el coaching que se practica con el lenguaje no podemos hablar del cuerpo, hay algo que queda en la zona de sombra, que solo se puede vivir desde el amasijo de fibras. Podemos deconstruir lingüísticamente las emociones y buscar que amenaza hay detrás del miedo, que injusticia detrás de la rabia, que pérdida detrás de la tristeza, que conexión de plenitud produce la alegría, pero las emociones finalmente nos pueden llegar sin juicios, como resultado de ese devenir histórico en el que hemos "educado" a estos músculos que nos sostienen. Al final hay un aparente misterio que expresa nuestra biología como un algoritmo. Es "harina de otro costal" que nosotros no conozcamos sus variables. Carmen las explica desde la musculatura.

Escribo y escribo en mi cuaderno. Me hago preguntas. Anoto otras para algunos de los coachees que aparecen con nitidez en mi retina ¿A quién le hago estas preguntas? tal vez no haya nadie dentro de estas tapas de cartón 13x19.

El cuerpo siempre está y sin embargo buscamos en la mente aquello que no puede decirnos.

sábado, julio 28, 2007

La sinfonía de la Innovación


Preparo mi artículo mensual sobre el arte de dirigir y no puedo sustraerme de la experiencia de mi Taller de Liderazgo en Venezuela con la Orquesta Sinfonica Juvenil de Nueva Esparta. Fue una experiencia fantástica de la que aprendimos, viviéndolas, algunas cosas simples pero interesantes. No repetiré lo que aparecerá escrito en otra parte.




Como las cosas se conectan, esta semana dentro de la consultoría que realizo para la nueva institucionalidad del Sistema Nacional de Innovacion en Chile me entrevisté con Jean Jacques Duhart y la conversación nos llevó al artículo de Eugenio Tironi "Orquestas para la Innovación"que se refiere a las causas del progreso innovador en Finlandia, uno de los países referenciales en el mundo actual y especialmente para Chile, por su tamaño y su carácter períferico.


La relación de la innovación y el arte, el emprendedor y el artista, que hablaba en el post anterior. Atreverse, ser audaz. Lo contrario a lo que vamos construyendo en nuestra vida conservadora.



  • ¿A qué no te atreves aunque te gustaría que ocurriera?


  • ¿Qué preservas con la inacción?


  • ¿Que valor tiene eso para ti?


  • ¿Por qué tienes que perderlo?


  • ¿Qué tendrías que declarar para que fuese posible?


Mas o menos, está fue la secuencia de uno de los coaching del año pasado con "G". Lo recordé ayer cuando almorzábamos juntos y en la cabeza se me cruzaban orquestas, tironis, venezuelas y entrevistas para la innovación.



- Creo que he dejado de ser un directivo de primera división, me estoy achaclanando, ¡Qué fracaso haberme venido aquí! -me decía


- No confundas cometer un error con un fracaso. Lo primero representa una acción desacertada, prueba y error, aprendizaje. Lo segundo es un juicio inhabilitante: "no fui capaz, ya nunca lo lograré".



¿Es el miedo al error lo que impide la innovación o el sentimiento de fracaso que nos inunda? ¿Por qué nos sentimos fracasados? ¿Ante quién? ¿Qué pasión oculta?



- Te equivocaste, parece que sí pero... ¿Conoces a alguien que no se equivoque?



Innovar no es el resultado de la tecnología, es el resultado de la persistencia, de la creatividad, de la libertad interior, de la ausencia de muros, de la obsesión. Y le hablé de aquellos niños ensayando una y otra vez la Sinfonía 1812 de Tchaikovsky, hasta que todo fue un silencio con música y todos mis alumnos tenían los ojos brillantes entendiendo qué era dirigir, cuantos errores necesarios estaban inútilmente evitando.




domingo, julio 22, 2007

Los jóvenes empresarios

La foto es de ataudes en forma de anímales, una industria que se desarrolla en Ghana y de la que tuve conocimiento a traves del diaporama del gran escultor Mario Irarrázaval del que ya he hablado. Una manera tan diferente de despedir la vida, una manera tan distinta de escuchar las necesidades de la muerte.

No voy a hablar, desde luego, del mercado funerario, llego de Margarita donde realizo una subyugante consultoría en una empresa que apuesta por las personas y donde fui invitado por la Asociación de Jóvenes Empresarios de Venezuela a exponer mi visión del liderazgo emprendedor en la presentación de la Asociación en la Isla.

Al preparar mis palabras recordé que yo fui un joven empresario, que a los 21 años con 7 audaces más, fundamos K Española de Informática y con ella iniciamos una larga travesía por el mundo empresarial ¿Qué fue lo que tuvimos para iniciar esa aventura?: Valentía, confianza en nosotros y una seguridad de que estábamos haciéndonos cargo de una necesidad que se iba a ir profundizando en el tiempo. Me pareció mas interesante hablarles desde esa experiencia.


Imaginamos un proyecto que tenía sentido dentro de un mundo que nunca dudamos que vendría. La realidad superó nuestra imaginación, pero cuando ocurrió, muchos pensaban que era una locura de un grupo de jovencitos. Nosotros no, y en última instancia decidimos que la vida sin locura languidece, que era nuestra oportunidad de crear.
Esa fue la idea central que llevé al encuentro con los jóvenes empresarios: el líder emprendedor como artista: observa, siente, interpreta, siente, crea, sigue sintiendo, muestra, comunica, sigue escuchando, afina, refina, predica.


¿Qué creíamos hacer cuando lo hacíamos? Sólo seguiamos un sueño, un convencimiento y poníamos la fuerza de nuestros 2o años a su disposición. Fue después que empezamos a analizar y mucho mas tarde que podría haber respondido a la pregunta sobre qué diferencia a los líderes emprendedores que empiezan sus pequeñas empresas con limitadísimos recursos, como lo hice en mi conferencia:

  1. Maximizan su escucha, están en conexión con algo que brilla detrás de la incertidumbre, ven una luz entre la niebla.

  2. Hacen una oferta diferenciada, innovando, crean un nuevo uso, un nuevo producto o desafían que algo que funciona en otra cultura puede funcionar en la suya.

  3. Gestionan el talento y su buena mezcla: conocimiento, compromiso y acción.

Cuando ocurre, sin embargo, se llama intuición, impulso, audacia, revuelto con aritmética y sentido de la excelencia. La misma receta de los huevos revueltos.



Me gustan los coaching donde aparece la visión y la incertidumbre. Puedo hablar de arte, puedo preguntar ¿Que habría en la mente de aquellos arquitectos del siglo XIII que levantaron las magníficas catedrales góticas? ¿Hay mas incertidumbre acaso en tu proyecto? Me gustan porque percibo que ese impulso de crear está presente y genera un compromiso en lo mas profundo de las personas, o tal vez porque me deja recordar mis paseos por las calles de León que fueron el paisaje del que nació mi primera empresa y la sensación de plenitud que me transportaba al llegar a la Plaza de la Catedral y encontrarme cada día con la Pulchra leonina.



Yo también quería trascender, crear una obra, comprometerme con su construcción, aunque como decía Robert L Stevenson mi aporte al mundo fuera simplemente el descubrimiento de una nueva variedad de amapola. De estas cosas les hablo, se trata que se pongan en íntimo contacto con la variedad de amapola que quieren aportar al mundo. El resto son los huevos revueltos.




sábado, junio 30, 2007

Mi vida es el territorio

Tomo el título de la obra que Ouka Lele presentó en la exposición que el Museo del Prado hizo con el título de "La mirada femenina" y que se anunció como un diálogo entre grandes obras del pasado y el arte del presente. La fotografía de Ouka Lele se titula "Mi cuerpo es mi territorio, no os acerqueis a mi que voy de vuelo..." y está hecha ante el cuadro de Rubens "El juicio de Paris" en el que un joven ha de decidir que diosa es la mas bella: Minerva, Venus o Juno.


¿Qué tiene que ver esto con el coaching o con el Congreso de Argentina? No sé muy bien, porque una cosa es lo que pasa y otra es lo que se piensa mientras transcurre lo que pasa y mientras el Programa del Congreso pasaba a mi me sobrevenían algunos pensamientos y distintas emociones.


El agrado de encontrarme con personas a las que no veía desde hace muchos años: la neuróloga Graciela Rossi que fue compañera en la formación de coaching, Delia Chudnovsky la entrenadora corporal de mi ACP, con quien peleé interiormente todo un tramo del mismo, hasta que en Querétaro algo pasó que el racionalista salió derrotado del encuentro. Su rutina de ejercicios tuvo mucho que ver y se lo agradecí. Tengo ese propósito en este momento de mi vida, agradecer lo mucho que he recibido: tanto conocimiento, tanto amor y tanta dedicación.


El placer que siempre es reencontrarme con Marcelo Krynski y la sorpresa de que mis palabras despertaran tanto interés en un auditorio tan numeroso y tan preparado. Una vez mas los ejercicios corporales me conectaron conmigo y tuve el pivilegio de trabajar con Cleo Campos.

Pues bien, en ese ambiente se me presentó la dicotomía permanente de quienes viven la urgencia, la rutina, como si fuera un espacio prestado: la vida de otro y mantienen la fantasía de que lo importante tiene que suceder en una vida mejor, como si fuera la cara A de un disco vital, que estar por ser oído.


¿Cuál es el espacio para soñar sino la cotidianeidad, los días de las semanas, los meses y los años del calendario? La vida real no puede ser nuestra enemiga. El sueño no tiene otro espacio que este vivir de cada día.


Por eso el título: Mi vida es el territorio. El Congreso me fue dejando ese sabor ¿Dónde podemos actuar si no es en la cotidianeidad, en la vida de todos los días, en la nuestra personal o en la de nuestra organización?


No puede ser que amanezca y alguien piense que es un día más de mierda que le separa de su sueño. Esa idea fue la que me quedó: El coaching es acción, una forma de despertar el anhelo de la alineación, de la toma de conciencia del presente como el único territorio del futuro.


Y ante el bife de chorizo del que hablé en mi post anterior decidí tomar la vida por los cuernos. Uno que es español y además Tauro.






domingo, junio 24, 2007

El Segundo Congreso Argentino de Coaching - Jim Selman

Coaching: acompañamiento, danza, interpretación que fluye, transformación, movimiento. Todo esto para explicar por qué he elegido esta foto, cuando se ve claramente que es un tango.

Hablaré otro día del Congreso, que en resumen creo que fue un excelente encuentro. Felicitaciones a sus organizadores. En este post quiero referirme a Jim Selman, cuya imagen, palabra y presencia estuvo en diversos momentos de este Segundo Congreso Argentino. No lo conocía en persona, pero fue un referente citado en mis primeros acercamientos al coaching hace más de 14 años ya.

De la lectura de algunos de sus artículos tenía las siguientes coincidencias:
  • Como él, creo que el principal sentido del coaching es transferir responsabilidad, que el otro se haga cargo de sus interprtaciones, de su vida, de su poder.

  • Manejamos un par de citas comunes: la espléndida de George Bernard Shaw que dice: "La gente razonable se adapta al mundo. Las personas no razonables adaptan las circunstancias a ellas mismas. El progreso depende de la gente no razonable" y la de Ghandi: "Somos el cambio que deseamos traer"

Tenía también la reticencia de que se hubiera convertido en un gurú insoportable. En conclusión fueron mas las coincidencias al escucharle en el vídeo de la primera mañana, pero al estar con él (es un decir porque éramos 400) en su presentación de la primera noche, mis sospechas empezaron a confirmarse.

Los organizadores del Congreso le preguntaron que había aprendido después de treinta años de coaching. Escribo lo que anoté de sus respuestas (algunas textuales)

  1. La vida son decisiones.

  2. Decidir es compromiso.

  3. Los estados de ánimo son excusas para no hacer algunas cosas que debemos hacer.

  4. Creamos el mundo que nos rodea.

  5. Intuición y Visión son el mismo fenómeno orientado a lograr en la vida lo que pretendemos.

  6. Las posibilidades no existen, se crean.

  7. La esencia del liderazgo y el coaching es amor, no el amor como un sentimiento, sino como la habilidad para crear interpretaciones que den libertad.

  8. Tenemos que dejar de ayudar a la gente, tenemos que dejar de verlos como seres rotos. Pueden elegir.

  9. El amor es una elección y por eso es un compromiso.

  10. Para tener un futuro diferente hay que contarse una historia diferente.

  11. Tenemos aquello a lo que nos resistimos.

  12. Controlar y manipular producen lo contrario a lo que pretendemos.

  13. La inteligencia usada para el beneficio propio termina trayéndonos el mal.

  14. La mejor estrategia para el éxito es tener sentido de amor hacia los demas, sentir gratitud y orar.

En ese punto todos empezaron a aplaudir. Yo busqué a mis amigos chilenos para organizar una tertulia y analizar el día.

No los encontré, asi es que me fui al restaurant del hotel y hable de tú a tú con un bife de chorizo. Él me miró resignado y yo le dije algo en lo que coincido plenamente: Si quieres tener un futuro diferente tienes que contarte un relato distinto. No me hizo caso y me lo comí.

lunes, junio 04, 2007

La suerte buscada: MAZAL


En estos días envié mi artículo "El arte de dirigir" referido a la importancia de la actitud y el esfuerzo para unirlo a eso que llamamos suerte. Una pregunta sobre la que rondo desde hace tiempo ¿Es la suerte un resultado buscado? ¿Aparece como un visitante que no hemos invitado?


Marcela Veinsten, colega en estos menesteres de la consultoría en Argentina, me respondió con una hermosa reflexión que quiero compartir:



"En ocasión del Bat Mitzvá (fiesta religiosa de los 12 años en las nenas y 13 en los varones) de mi hija mayor, hace unos años, le conté esta historia en el templo, por esta manía que tenemos algunos de analizar las palabras y sus enunciaciones, sin importar el idioma pero sí el contexto.

Suerte en hebreo se dice: MAZAL

En este idioma se escriben las consonantes, ya que las vocales son signos que rodean a aquellas (pudiendo escribirlas o no), de modo que se escribiría algo así como MZL (Estas tres letras, son a su vez, las iniciales de otras tres palabras: Macom (que quiere decir Lugar), Zmán (que quiere decir Tiempo) y Limud (que quiere decir estudio)

De modo tal que para nuestra tradición la suerte es la conjunción de estas tres palabras: Tiempo, Lugar y Estudio.

La suerte es entonces, estar en el momento justo y en el lugar adecuado pero sabiendo qué hacer con eso.

La suerte no es así algo externo, fortuito ni azaroso sino tener la capacidad de ver las oportunidades y aprovecharlas. De allí el valor que le asigna este pueblo milenario al estudio.

Actitud, esfuerzo y suerte del petrolero, podrían sintetizarse en Suerte, que incluye a las tres"
.


¿Será porque piensan así, que los judios tienen tanta influencia en el mundo? ¿Demostrará esto, una vez más, que el lenguaje genera realidades, que nuestras creencias establecen los límites de lo posible?


En hebreo mi título "La suerte buscada" sería una redundancia según lo explica Marcela. En mi trabajo de coaching tengo, sin embargo, que repetir el concepto, traerlo como si fuese un nuevo pensamiento poderoso y, aún así, sigue siendo algo que sólo algunos aceptan, aquellos que están dispuestos a moverse, que están dispuestos al Limud, a luchar contra la literaria pereza de los días.

lunes, mayo 28, 2007

Orar, pedir, gritar


Cuando hace unos días entré al blog de Raúl Herrera y leí su post sobre "La Oración del estudiante" de Humberto Maturana le prometí citarlo desde el mío, contribuyendo a las redes, a los ovillos de lana y conocimiento y a la repetición con otros registros de lo que queremos que sea compartido.

Me gustó su traslado de la idea central del poema-oración al mundo de la empresa y las relaciones entre directivos y colaboradores. Repito los últimos versos para subrayarlo más:

No sabréis quien soy
Si os escucháis a vosotros mismos
No me instruyáis; dejadme ser.
Vuestro fracaso es que yo sea idéntico a vosotros.

Lo clónico no contribuye a la innovación. Quiero dar por eso otro paso más. No hace mucho fui invitado a un encuentro de expertos del Consejo Nacional de Innovación, fue una reunión que dirigía Nicolás Eyzaguirre, en la que se nos pedía la opinión sobre las cosas que podrían hacerse en Chile para generar ambientes de innovación.

Respondí cuando llegó mi turno que una tarea está en el desarrollo de capacidades directivas que permitan que las organizaciones sean espacios para la creación. ¿Será un requisito aceptar lo diverso? ¿Será un requisito permitir el afecto? ¿Será no dar tantas respuestas, no tener que saberlo todo? ¿Tendrá que ver con prestar mas atención, abrir más los ojos, detenerse y tocar?
¿Tendrá que ver con tener menos ego?

Vuestro fracaso es que yo sea idéntico a vosotros, que yo perpetúe vuestros éxitos, que ya no lo serían éxitos en el futuro, que yo repita los mismos errores y siga los caminos trazados y repita las reglas y las obedezca, porque si lo hiciera, estaría deteniendo el tiempo,congelando la vida, deviniendo al comienzo, a la conformidad de lo que ya fue. Eso le escucho a Maturana

Y pregunto entonces ¿ Y para eso, cuánto estamos dispuestos a ser contradichos? ¿Cuánto a que las reglas cambien sin renunciar?

¿Habrá que orar para recuperar la fe de la inventiva? ¿Habrá que atreverse a pedir? de momento pienso que gritar siempre ha sido una expresión de libertad y que la oración de Maturana es el grito de un hombre ilustrado.

Eso es lo que tenemos que promover en las Univesidades y en los programas de coaching: la invitación a que los directivos vayan en contra de sus hábitos, renuncien a su jerarquía para disfrutar de su influencia.

Para dar ejemplo me voy a dormir que es lo que tanto demoro en hacer. Aunque antes quiero romper una lanza por el ingrediente que mas le hace falta a la cultura directiva chilena: el humor. Recemos juntos una plegaria para que la selección nacional de Innovación lo logre

domingo, mayo 20, 2007

Quiero hablar del coraje y de Loreto

Los historiadores sólo se refieren a los hechos cuando los años han quitado las emociones que pesaban sobre ellos y un cierto polvo ha depositado sobre sus anaqueles verdades distintas. Yo no soy historiador pero he dejado que pasen unos meses para hablar del efímero paso de Loreto Ditzel por la Subsecretaría de Deportes.

Tampoco contaré nada de la historia, quiero hablar de ella porque soy su amigo y su coach. Y me ha conmovido su coraje.

La palabra coraje viene del latín cor que significa corazón, corage en el antiguo franco. Significa tener valor "Echar el corazón por delante" . En la Edad Media el corage era el centro de la vida interior, en donde se ubicaban los sentimientos, los pensamientos y la voluntad. De ese centro de energía y fuerza quiero hablar


El Mercurio recogió la siguiente declaración de Loreto en aquellos días aciagos del mes de marzo: "He observado y vivenciado con profunda indignación y asombro la forma en que he sido tratada. Se ha enlodado mi prestigio profesional, laboral y humano. La saña y agresividad de los ataques que he recibido en pocas horas me ha demostrado el nivel de odiosidad que subsiste aún en algunos sectores".
Se refirió a la indignación y al asombro. Algunas veces por sentirlos las personas se salen de la cancha, se retiran. Eso no es lo que hizo Loreto y después de su noble renuncia al puesto (que no es lo mismo que retirada de su legítimo derecho a defender su verdad), buscó tener las conversaciones que dejaran clara la injusticia que se cometió con ella. Las cuerdas se quiebran por sus partes más débiles y ella fue un episodio más de la forma en que Gobierno y oposición hacen política en este país de rencores. No salieron con el mismo relieve las acusaciones que los retractos.
Así cuando Longueira reconoció que había sido un ataque injusto, los medios lo comentaron sin titulares. Esto no es relevante para mi reflexión, sólo enmarca un contexto de injusticia, que hace mas valioso el coraje.


Loreto pudo encerrarse en sí misma, sin embargo hizo uso del coraje de quienes saben que están siendo injustamente acusados y defendió su nombre y su honra. Hay en esta conducta una pauta que a mi juicio caracteriza a las personas que tienen liderazgo y que saben que su credibilidad es su capital mas importante.


No se puede dirigir sin coraje, sin defender las propias convicciones. Renunciar tambien es una manifestación de ese coraje, cuando con ello no se da el capítulo por cerrado. Las batallas son sólo episodios de las grandes contiendas. Todos los que ganaron perdieron alguna vez una batalla, pero tuvieron el coraje de seguir en su lucha.
Hablamos no hace mucho de sus lecciones aprendidas y me dijo algo que me dejó pensando: "Hay momentos en que quien tiene que sacar la cara por uno mismo es uno mismo".


Podemos no estar de acuerdo con las ideas de otros, pero admiramos el coraje en defenderlas, porque no somos inmunes al corazón de nadie. Por eso (y esto es lo que me hace traer este episodio a un blog de coaching directivo) enfrento a mis coachees que exponen su confusión por no tener seguimiento ante las crisis, si dijeron todo lo que tenían que decir o "jugaron a ser correctos", si defendieron sus ideas, si a su alrededor pudieron ver el coraje sin ira de no dejar que pisotearan su postura. ¿Te hiciste respetar?, les pregunto.
He colaborado durante estos últimos años con Loreto Ditzel, pero nunca la he respetado tanto como ahora. Y aprovechando que este blog es mío y puedo usarlo como ventana, le doy las gracias por la lección personal que me ha mostrado y que también para mí tiene sus ecos.

martes, mayo 01, 2007

¿Liberar u oprimir?


Me integro a un grupo de reflexión sobre la vida (?) que tiene como uno de sus ejes que los participantes son directivos o empresarios que creen que pueden lograr los objetivos que se plantean y a la vez ser más feclices cuando esos objetivos tienen componentes sociales y para lograrlos se pretende realmente el desarrollo de las personas de la organización.


Este discurso en el que vamos creyendo cada día mas personas, las mismas ideas que subyacen en mi columna de "El arte de dirigir", no hay mucho, por tanto, en lo que extenderme ahora para sustentarlo. No es novedad.


Escribo para dejar huella de las palabras del juez Carlos Cerda, invitado a la última parte del encuentro, que se refirió a su propia profesión como "aquello que no hay que hacer: juzgar a los otros". Lo que no deberíamos hacer, pero que no podemos evitar. Somos máquinas de juicios, evaluamos permanentemente lo que nos rodea, el proceso de dirigir está muy relacionado con esa evaluación permanente. Se trata, entonces, de avaluar con empatía, con una información que se haga cargo del mundo del otro, de lo que piensa cuando hace, de lo que hace que piense así.


Anoté en una hoja de papel: "Cuando tenemos el poder tenemos la herramienta para liberar u oprimir. Esa es una decisión de la que no somos tan conscientes. Cuando decidimos, trazamos la raya blanca de un campo de juego y con ella estamos liberando u oprimiendo". Fue la reflexión de escuchar al juez Cerda.


Quiero incluir esta idea entre las preguntas de coaching directivo ¿Qué pretendes cuando decides lo que decides: liberar u oprimir, dar alas o evitar que se salgan de la cancha, movilizar a la autonomía o promever la obediencia?


¿Cuál es la intención con independencia que nos contradigamos? Son dos planos distintos. Ser humanos permite aceptar la contradicción y la inconsecuencia que nos sobreviene en momentos, lo importante es no perder el ansia de la divinidad personal. No me estoy poniendo religioso, me refiero a un sentido de la espiritualidad que busca la integración de nuestras acciones personales con la visión del bien.


En el dominio en el que se mueve este blog tendría que ver con el desarrollo de un estilo de dirigir que libere, integre, invite, promueva la transparencia y la diversidad. Para eso hay que pensarlo. Hay que dedicar tiempo a pensar en el estilo, a dibujarlo en la mente, a que pase la prueba de la blancura. Es decir, el estilo es una elección personal. A veces lo olvidamos.


¿Qué estilo quiero tener en mi vida? Si lo pensamos tendremos que ponernos en contacto con nuestros valores. Los encontraremos incómodos en algunas ocasiones pero claramente orientadores. Esa pregunta que repito y me repito ante la duda ¿Qué haría si siguiera mis valores ante esta situación?


Todo esto pensé cuando iba en el taxis al salir de la reunión de la que me perdí la última parte. Al día siguiente mientras volaba a Colombia abrí un libro de introducción a la meditación y me encontré con una frase de George Bernard Shaw. "La imaginación es el comienzo de la creación. Ustedes imaginan lo que desean; ustedes desean lo que imaginan, y al final ustedes crean lo que desean"


¿Qué es lo que realmente deseo en este punto que no puedo apartar de mi mente?

sábado, marzo 24, 2007

Recuperando el poder


Al terminar la sesión 10 del coaching con "R" concluimos que se había producido una importante transformación y esa transformación tiene que ver con su actitud, con su poder.

Nos esforzamos en cambiar a los otros y sólo (y si acaso) podemos cambiarnos nosotros. "R" me planteó al inicio de nuestras conversaciones su incomodidad con la actitud de su jefe, con el estilo que estaba siguiendo, con el gusto que en su organización tenían por la complejidad. Hemos venido hablando de ello, pero hoy su ocupación está en cómo puede él mismo alterar esa situación. Cómo puede influir, que es lo que aún no ha hecho y puede hacer. Ha puesto el foco en él, como el buen arquero según Confucio,

No sé si cuando empecé a hablarle de aceptación en nuestra primeras conversaciones me entendió. Aceptar no es lo mismo que claudicar. "Acepta que este es el contexto en el que te mueves y que ese contexto condiciona el proceso de cambio, no claudiques en lo que quieras cambiar mientras sigas pensando que es lo mejor para el proyecto."

Cuando aprendemos a decir "esto es lo que hay," dejamos a un lado el sentimiento de decepción porque sea así, y entonces se abre un espacio para actuar. Se corre el riesgo también de caer en el conformismo. Por eso hago la distinción. Digamos mejor "Esto es lo que hay. Construyamos desde aquí. Este ladrillo imperfecto es la primera piedra. Tenemos mucho trabajo por delante y la oportunidad de influir. ¡Qué fortuna!"

Queremos que el mundo se adapte a nosotros y somos nosotros los que cambiaremos al mundo o nos divorciaremos de él.

"Todo lo que te planteé el primer día se ha vuelto menos relevante" me dijo "Ahora lo relevante es lo que yo voy a hacer para que no me sigan pasando las mismas cosas"

El coaching sirve para eso, para devolver el poder que nos quitamos.

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lunes, febrero 26, 2007

El saber si ocupa lugar (2)


Me quedé con una imagen tras la conversación a la que me refiero en el post anterior que anoté en el archivo de ideas para escribir. Ahora de regreso de mis vacaciones, con más tiempo, la busco.

Nuestras conductas son la consecuencia de nuestras creencias (esto ya está muy dicho). Nuestras creencias son como los muebles del living de nuestra casa. Hacemos la vida con ellos, a veces compramos alguno más que haga juego si el espacio lo permite, de lo contrario nos arreglamos con lo que tenemos. Les damos usos distintos. Hace falta que encontremos un motivo: que cambie nuestra estética, nuestras necesidades o que descubramos un nuevo sentido, para que desplacemos alguno o todos esos muebles y demos entrada a otros. Al principio los guardamos en el trastero por si es preciso recuperar alguno por esas razones que no prevemos.

Si la nueva decoración nos sirve, si nuestro gusto, efectivamente, ha cambiado, terminamos deshaciéndonos de ellos: los desaprendemos, porque ocupan un espacio que nos es necesario y ellos, los muebles-creencias, no sirven para nada en la vida que queremos tener, aunque nos cueste, aunque fuesen del ajuar familiar, aunque alguna vez nos sirvieran, cuando los niños eran pequeños y nosotros... pero ese ya es un tiempo pasado, por mejor que nos parezca.”

Como siempre los griegos lo dijeron con mejores metáforas: “la mente no debe llenarse como un recipiente, sino encenderse como fuego” (Plutarco)

viernes, febrero 16, 2007

El saber sí ocupa lugar



Conversaba con mi amiga Pilar Varela, autora de varios libros sobre comportamiento y estructura del pensar, en su reciente visita a Chile y dijo “porque el saber SI ocupa lugar, queramos o no”. Una frase que yo empecé a usar en mis clases de estrategia y gestión del cambio hace más de una década y sobre la que precisamente estaba girando la pre-escritura de mi columna sobre “El arte de dirigir” que enviaré a fin de este mes y que redactaba en ese momento. Sincronicidad, una vez más.

La vez anterior que usé la frase fue en el trabajo de guía de la Tesis “Derechos y Deberes de las Personas en Salud: Oportunidad para la implementación de una Política Pública” o tal vez en la de “Gestión del Cambio en Instituciones de Salud”. No me atrevería a poner la mano en el fuego. Si recuerdo claramente que lo dije porque hablábamos de cómo las directivas-estudiantes estaban logrando producir cambios en la forma de escuchar a su alrededor. (algo común en ambas tesis). Yo aventuré una hipótesis en forma de pregunta (deformaciones de coach):

¿Habrá ocurrido porque habéis expresado mejor lo que siempre habéis querido decir, con palabras mas atingentes y certeras esta vez o porque habéis sido más sensibles a dar respuesta a las necesidades de sentido específico que tienen las audiencias a las que os dirigís?

“Lo segundo, sin duda” me respondieron Yo también lo creo así y eso nos llevó a hablar sobre cómo cada una de sus audiencias ven la realidad del hospital desde el modelo mental que el rol que tienen les permite. Un modelo que se ha constituido después de muchos años de estudio o de actividad profesional. No hay intenciones deliberadas en su escuchar. Escuchan lo que pueden escuchar, lo que las autopistas de entrada de sus cerebros permiten que circule. Como nos ocurre a todos.

Nos formamos constituyendo núcleos de valor, hacemos pequeñas o grandes elecciones de sentido que nos van configurando y a partir de las cuales vemos lo que vemos y establecemos criterios de lo válido o inválido. Por eso el saber sí ocupa lugar, porque cuando vemos algo no vemos otra cosa, aunque esa cosa esté también potencialmente contenida en lo observado y juzgado.

El líder que llamamos carismático activa esos núcleos de valor que una comunidad ha ido constituyendo, bien porque apela al contenido de ese núcleo o porque lo hace de una forma que ha sido evaluada como una capacidad superior. Ese mismo líder en otra comunidad podría ser calificado de payaso. Pensemos en los tele-predicadores cuando los miramos quienes no somos telepredicados: locos fanáticos o actores profesionales, pensemos en lo que nos parece Bush a la mayoría de los europeos y latinoamericanos: un idiota con poder. Hay tantos ejemplos.

Lo que yo quería remarcar a mis tesistas es que el cambio en los resultados que me estaban reportando, obedecía, a mi juicio, a una transformación en su forma de operar, que incluía la escucha mas activa de los intereses de la audiencia, la incorporación de su lenguaje, la opción de darles participación y, por tanto, de hacerles protagonistas en la construcción de un sentido, es decir estaban desarrollando un proceso de aprendizaje como estrategia para el cambio.

martes, febrero 06, 2007

ÉTICA DE LA RAZÓN CORDIAL


Así se llama la obra de Adela Cortina que ha ganado el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos. Esto lo digo a raíz de algunas preguntas que me estoy haciendo.

¿Puede el líder del mundo privado ser un mal compañero? ¿Puede el líder público ser un mal ciudadano? ¿Hay alguna razón para separar estas preguntas? Es cómo interrogarse sobre si se puede guiar a los demás sin tener compasión hacia sus sentimientos.

Quienes me leen saben que yo postulo una forma de dirigir que incorpora los sentimientos, pero cuando leo la noticia del Premio a Adela Cortina y me intereso por saber de que trata su ensayo, aparece otro ángulo en las preguntas ¿Es ético dirigir sin sentimientos? ¿Qué se vulnera al no hacerlo?

En los tiempos de ESDEN formé parte de la Comisión de Business Ethics que formamos las más importantes escuelas de negocios europeas. Para mi primera exposición en un Congreso busqué documentación entre quienes escribían sobre la ética en los negocios, de ahí tuve que ir mas atrás, hacia la moral y la ética sin apellidos y leí a Adela Cortina, Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia. Fue un descubrimiento para mí.

Hoy cuando encuentro esta reseña en El País del 27 de enero vuelvo a sorprenderme de un pensamiento paralelo (mucho más profundo, sabio y documentado el suyo). La profesora Cortina cuando propone nuevas bases para una verdadera ética de la ciudadanía, dice que no puede estar fundamentada sólo en la racionalidad “sino en una educación cordial que aúne la inteligencia, los sentimientos y el coraje”.

Hay que educar los sentimientos para que los valores morales y éticos calen y arraiguen en los ciudadanos. No colaboran en esa educación, la niegan, incluso la borran, los jefes sin compasión hacia los sentimientos de los demás.

He leído varías veces la siguiente frase de Adela Cortina: “Hay que unir inteligencia y sentimiento, porque se necesita coraje y arrojo para hacer bien las cosas (…) Para ser un buen ciudadano hay que tener buen corazón, es decir, hay que tener la capacidad de estimar los valores, de compadecerse y de argumentar”.

Tomo notas para el diseño de dos programas que quiero desarrollar en la Universidad. “El arte de dirigir” (relacionando la dirección de organizaciones y las distintas artes, que ya no son 7) y “Los sentimientos del líder” uno de los capítulos es “amor y compasión”. Para esas notas debo leer el ensayo de Adela, continuadora del principio que ya sostuvo Pascalconocemos la verdad, no sólo por la razón, sino también por el corazón”.

Esta dicotomía es una de las canchas en las que se mueve el coaching directivo. Una cancha rayada por dos preguntas: ¿Qué dice tu corazón? ¿Qué argumenta tu razón? Con “A” este es precisamente el quiebre: Demasiado Corazón. Con la mayoría es lo contrario: nos falta cordialidad, cor cordis.

viernes, enero 12, 2007

LA GENTIL IRREVERENCIA

Hace unos días usé la foto de un perro y un niño para hablar de coaching. Cuando la elegí pensaba escribir unas palabras sobre el motivo de la elección. Finalmente el discurso y el tiempo pudieron más que el propósito.

Las escribo ahora: al verla, me imaginé dos arquetipos ideales: el coachee como el niño dispuesto al asombro, dispuesto a la experiencia del juego de conversar, a la autenticidad, al encuentro, el niño que busca, experimenta, quiere aprender, está construyendo su vida.

Me imaginé al coach como el perro que lo cuida, que es guardián y compañero, que está pendiente de las emociones y el contexto, que no tiene por qué acomodarse al ritmo del niño, que incluso puede con su peso voltearlo. Los dos saben, sin embargo, que están en un juego leal.

Probablemente la relación de coaching sea más compleja, pero eso es lo que me produjo la foto. Podría haber puesto la del Programa de los personajes interiores de Eduardo Yentzen: la oveja y el lobo amartelados.

Todo esto lo digo porque Iris, a quien sólo conozco a través de esta relación internauta, primero en un comment reciente a mi post (no tan reciente: 13 de septiembre del 2005) “Escuchar al otro cuando escuchas la historia que cuenta”, y después en un mail directo me muestra su interés por conocer hasta donde puede llegar la gentil irreverencia. En qué punto deja de ser gentil, cuándo, el juego del perro hiere al niño.

No sé, Iris, supongo que la medida la pone cada uno, que nuestras pieles tienen distintas sensibilidades y una capacidad del coach es advertir donde está esa frontera, hasta que lugar puede entrar sin causar daño a la relación o a la identidad del coachee. Cosa distinta es que su intervención sea dolorosa, con ese dolor del que aprendemos, que es tan necesario para el crecimiento, como lo es el dolor del parir para que surja la vida.

Respondiendo desde mi experiencia, sin suscribir teoría alguna, pienso que la irreverencia es gentil, cuando el coachee en todo momento siente que es querido, que no hay desprecio, que la dureza del coach no afecta a una relación de respeto. La irreverencia, en la semiótica que estamos empleando, no es sinónimo de falta de respeto. Podría traducirse en "Porque te respeto te hago notar que no compro tu interpretación, que creo que estás autoengañándote"

¿Puede esto llevarse a reglas? Puede ser que no. Me haces pensar, eso sí, en las prácticas que yo uso. Las anoto en un cuaderno:

  • Pido permiso para expresar una opinión que puede sonar dura
  • Manifiesto explícitamente mi respeto o mi afecto y el contexto en el que digo lo que digo
  • Pongo especial cuidado en lo no verbal. Evito que el tono se superponga al contenido. Vuelvo a citar a los jesuitas: “Firme en el fondo, suave en la forma”
  • Uso preguntas para dar la oportunidad de cambiar una declaración ¿Estás seguro que es ese el fondo de la cuestión? ¿Es realmente eso lo que quieres decirme?
  • Trato de inducir ¿Y no puede ser que… y estés evitando enfrentarte a...?
  • No hago juicios pero expreso lo que me pasa al oir al otro, lo expreso como una sensación que me lleva a no comprar la interpretación, a no creer que ese sea el verdadero fondo del problema, pregunto incluso: ¿Puede que esta misma sensación la tengan otros que te escuchan? para que el coachee se enfrente a lo que producen sus palabras.



Lo último que quiero decirte es que no creo que el coaching sea una actividad para ejercer en público y que lo que he dicho es para conversaciones privadas coach-coachee.