jueves, junio 23, 2005

Yo estoy sentado frente a él y puedo leer en su cara la confusión, porque para obrar conforme a uno de sus valores rectores tiene que afectar a otro igualmente importante para él. ¿Cómo me explicas esto? -me pregunta.

No estoy aquí para explicarle sino para que el entienda, descubra, tome decisiones.

A ti te gusta el sol,la luz, la alegría, la sensación bulliciosa de la vida, le digo. Todo ello es valorable para tí, pero también amas el silencio de la noche y el descanso. Cada cosa tiene su momento. No se te ocurre buscar el descanso en la mañana pletórica de movimientos y gritos de la Alameda.

Al decírselo para que vea que vivimos llenos de cosas valorables que no tienenn por qué darse al unísono, me doy cuenta de esa permanente presencia de los binomios. Una variable llega hasta donde la otra comienza su dominio.

El secreto es priorizar. No quisiéramos tal vez, pero hay que hacerlo para ser protagonistas de nuestra vida.

Piensa le digo en el binomio flexibilidad / impecabilidad. Es bueno ser flexible. ¿Cómo se puede vivir si no en el mundo cambiante en que vivimos?. Es bueno ser impecable, cumplir nuestros compromisos a cabalidad con tanto rigor y profundidad como establecimos. Entonces, eso significa que puedo ser flexible mientras no altere la impecabilidad si mi identidad en la vida está ligada al ser impecable.

Podía ser también al revés. Tienes que elegir,le digo y según me escucho me doy cuenta que también me lo estoy diciendo. Tienes que elegir, repito entonces, esta vez con la voz del corazón.

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