sábado, julio 26, 2014

El EJERCICIO DEL PODER (1)

Desde el principio de los tiempos en los que la organización de la sociedad llevó a los seres humanos a pensar sobre el Poder, la pregunta clave ha sido ¿Poder para qué? ¿Poder en beneficio de quién? Y el ejercicio de ese poder empezó a mostrarnos que podía ser en beneficio del que gobierna o en beneficio de unos pocos o en beneficio de aquellos quienes representaban la propia mirada del gobernante o en beneficio de la colectividad.

En el siglo 21, si hiciesemos esa pregunta para caracterizar al buen Gobierno, entre los ciudadanos de un país, de una confereración de países, de una Región o una ciudad o entre los componentes de una organización cualquiera, quiero suponer que la respuesta mayoritaria fuera que el Buen Gobierno es el que se orienta al beneficio de la colectividad gobernada.

Al menos quiero suponerlo desde el modelo de pensamiento demócrata. Posiblemente los miembros de Hamás no responderían lo mismo, ni los votantes del Frente Nacional de Francia, y cito al FN, no porque considere que es el más fundamentalista de los movimientos de ultraderecha en Europa, sino porque voy a basarme a continuación en las declaraciones del Primer Ministro francés Manuel Valls (un francés nacido en Barcelona)

Efectivamente, aunque Manuel Valls sea un socialista controvertido, especialmente por su posición con las comunidades gitanas cuando era Ministro del Interior en Francia (2012-2014), al ser entrevistado por el periódico español "El País", respondió "Tengo sobre todo esta convicción: La izquierda no es nunca tan fuerte como cuando se dirige a todos y no sólo a una parte de la población" Asume así la idea de que el mejor Gobierno es el que trabaja para la colectividad completa.


Más adelante sin embargo dice: "Mis referencias políticas han sido Michel Rocard, Willy Brandt, Felipe González, Olof Palme, porque ellos ejercían plenamente el ejercicio del Poder". Y escribo "sin embargo" como si pensara que ambas declaraciones son contradictorias, no, en realidad lo escribo porque es común verlas opuestas. Ejercer plenamente el Poder suele ser entendido como llevar adelante el propio programa de gobierno, caiga quien caiga, usando la aplanadora si es necesario. En Chile se usó la desafortunada (a mi juicio) expresión de la retroexcavadora.

Quiero resaltar estos dos conceptos: Dirigirse a todos y Ejercer plenamente el Poder. La Política de altura es la que hace compatible estos dos principios, porque es lo que permite las transformaciones mas sostenibles en el tiempo y el progreso significa transformación,

Hace unos días mi compatriota María de los Ángeles Fernández radicada en Chile como yo, citaba en su artículo "La reinvención de los acuerdos" al filósofo, también español, Daniel Innerarity cuando dice "los desacuerdos son mas conservadores que los acuerdos: cuanto más polarizada está una sociedad, menos capaz es de transformarse".

Es frecuente hablar de los consensos con cierto desprecio, como aquello que hacen los que no tienen agallas para gobernar. Por el contrario, pienso que si hay que hablar de agallas, más hay que tener para dialogar con altura. Cuando se gobierna desde la mayoría o desde la propiedad, las agallas no hay que tenerlas, como si fuera un esfuerzo o un acto de valentía, vienen puestas, están dadas las condiciones momentáneas. Lo difícil, lo generoso, lo que implica pensar en todos, lo que puede perdurar en el tiempo es sentarse a conversar para construir juntos, sea en el Gobierno de un país o en el Corporativo de una empresa.

Hoy en un coaching político en la fría mañana de Santiago, conversábamos que si hubiera que definir un rasgo de los políticos o directivos para este siglo en el que ejercer el poder es tan complejo, ese rasgo sería  el de ser constructores de acuerdos, volver al arte de conversar: esa caraterística primordial y diferenciadora de lo humano.     

2 comentarios:

  1. Excelente... "ser constructores de acuerdos, volver al arte de conversar: esa caraterística primordial y diferenciadora de lo humano." Hacer que ese rasgo predomine en políticos, directivos, profesores, padres, parejas y enseñarlo a los demás predicando con el ejemplo. Nuevamente, excelente. Saludos desde Caracas.

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  2. Acabamos de hacer en Caracas una experiencia de un café por Venezuela, al cual invitamos a personas afectas al gobierno y a opositores a un world cafe. El dialogo se dió y pudimos compartir las diferentes miradas con respeto y también hablamos de nuestras diferencias, todo en un clima de paz y con serenidad. Fué una experiencia enriquecedora para ambas partes. Yo salí emocionada y esperanzada pues podremos llegar a acuerdos sobre el país y nuestro futuro.

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